¿Por qué es más fácil sentirse enfadado cuando soportamos una ola de calor?
Irritados, enfadados, impacientes, impertinentes... Quizá no tengamos la culpa de que se nos "agríe" el carácter bajo un intenso calor: el cuerpo se defiende y esta "lucha" provoca que nuestras rutas nerviosas "también se calienten"
¿Por qué es más fácil que nos enfademos cuando soportamos una ola de calor?
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Sevilla
Susana Gaytán, investigadora y profesora del departamento de Fisiología de la US:, ha sido nuevamente entrevistada en el programa Hoy por Hoy Sevilla porque, dentro de sus competencias e investigaciones está el efecto del calor en nuestro carácter y alterar nuestro estado de ánimo y nuestro humor... a peor, "nos altera para ponernos de mal humor".
Ahora estamos inmersos en una ola de calor sobre todo en el este de España y el valle del Guadalquivir, y el calor que vamos a vivir va a determinar nuestro comportamiento social, el funcionamiento del organismo y las actividades individuales. "Hay que escuchar el cuerpo", nos dice Gaytán, y ojo porque "según nos vamos haciendo mayores, menos notamos la sed y el calor".
Y es que el calor actúa como un estresante en nuestro sistema nervioso., en concreto en el hipotálamo, donde se ajusta cómo se gana o se pierde calor, "es como un termostato". Si tenemos calor -mucho calor-, lo primero que hace esta glándula es enviar sangre a la piel (por eso nos ponemos rojos) y empezamos a sudar (de ahí que con humedad el calor sea más irritante, porque el sudor no se evapora y no nos refrigeramos...).
De ahí pasmos a tener sed o incluso a sentirnos cansados, señal de que debemos parar y ponernos a la sombra inmediatamente. Todos estos procesos pueden afectar a nuestro "carácter", porque nuestras "rutas nerviosas" también, se van calentando "por decirlo de alguna manera", aumentando el enfado y la frustración.
De hecho se ha confirmado cómo en partidos de fútbol o de hockey "a más calor, más agresividad en el juego", o más casos de violencia de género o conflictos en las redes sociales. Y es que el ritmo cardíaco se acelera y la presión arterial aumenta, síntomas que el cuerpo asocia con la exposición a la ansiedad, lo que nos puede enfurecer.