Una familia de acogida de menores en Málaga denuncia a la Junta por negligencia: "Hubo errores y estamos traumatizados"

Málaga

Una familia de Málaga ha prestando una demanda judicial contra la Junta de Andalucía después de acoger temporalmente, durante 28 meses, a una recién nacida. Acusan a la administración regional de negligencia, de haber cometido errores en la tramitación e incumplir los plazos lo que ha generado traumas -aseguran los afectados- tanto a ellos como a la pequeña que actualmente ya se encuentra con su nueva familia de acogida fuera de la provincia. En la demanda judicial, presentada el pasado 23 de julio ante del Juzgado de Primera Instancia número 21 de Málaga, y al que ha tenido acceso la SER, se reclama a la Junta el expediente del caso de la pequeña que primer lugar acogieron de urgencia y después de manera temporal.

El matrimonio ha relatado en SER Málaga su historia. "Empezamos a hacerle visitas -a la recién nacida- al hospital y ahí empezó todo. Nosotros somos familia de acogida desde 2019. Ya habíamos tenido tres niños antes en acogimiento de urgencia temporal. En julio del 2021 nos llamó 'Hogar Abierto', que es la entidad a través de la cual hemos hecho acogimientos, y nos ofreció una niña pequeña que había nacido en el Materno Infantil con síndrome de abstinencia, insuficiencia respiratoria y bastante mal. Empezamos como familia de acogimiento temporal y además pedimos que también se nos incluyera en la modalidad de urgencia". Durante seis meses esta pareja acogió -en la modalidad de de urgencia- a la niña mientras que el Servicio de Protección de Menores de la Junta de Andalucía avanzaba en el trámite de acogimiento temporal y adoptación en el caso -como ocurrió aquí- de que sus padres biológicos y sus familiares rechazaran hacerse cargo.

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"Se había adoptado una medida definitiva para ella y nosotros nos ofrecimos a ser familia temporal, es decir, para que después de la fase de acogimiento de urgencia ella no pasara por otra familia más y debido a su situación: una niña con síndrome de abstinencia, con bastantes problemas de apego, de socialización, le costaba mucho dormir, comer, pues decidimos ofrecernos y nos dieron la idoneidad. Nos dijeron si lo vemos adecuado que esta niña continúe con nosotros el tiempo que necesite la administración para adoptar una medida definitiva. Por tanto, a partir de los seis meses se inició un nuevo procedimiento de acogimiento temporal y nosotros somos la familia que designa el Servicio de Protección de Menores para ser acogida", tal como relata Carmen que junto a su marido tienen una hija biológica en común -que entonces tenía ocho años- y que igualmente había recibido a la recién nacida como si fuera propia hermana.

Corren los plazos

"La niña cumplió 24 meses con nosotros, es decir, dos años y nadie -desde la Junta- nos decía nada. Van pasando los meses y nosotros solicitamos a través de 'Hogar Abierto' que nos informaran sobre qué expectativas había sobre el futuro de la niña: si va a ir a adopción, si va a volver con su familia biológico, un aspecto que estaba totalmente descartado porque nadie de su familia biológica se había pronunciado; ni su madre ni otro familiar. Nos dijeron, desde relativamente pronto, que su idea era que la niña fuese a adopción y, en concreto, a una adopción abierta que significa que tenía que tener contacto con sus otros hermanos biológicos que estaban en otras familias de acogimiento permanente. Pues pasan los meses, vamos solicitando información, no nos dicen nada acerca de cuál es la perspectiva. Mientras todo este proceso va continuando tiene que acudir a especialistas: estimulación temprana por protocolo, a las revisiones del neurólogo en el Materno Infantil, por supuesto visitas de su pediatra. El neurólogo nos dio el alta ya con quince meses y nos preguntó que cuál era la situación. Le dijimos que esta niña iba a ir a adopción y nos preguntó por qué todavía no se ha hecho nada. Nosotros no supimos contestarle, y él nos dijo que fuéramos conscientes de que esta niña iba a pasarlo muy mal con ese cambio de plan; que iba a sufrir depresión, iba a dejar de comer, de dormir... esto nos afectó mucho; nos vinimos abajo totalmente. Empezamos a reclamar reuniones con el Servicio de Protección de Menores para que nos indicaran de que iba a pasar; les advertimos que esta niña lo iba a pasar muy mal, que el apego que había desarrollado era muy importante pero que nadie nos decía nada", continúa argumentando esta madre.

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"Un día, después de muchísimas solicitudes, tanto a la delegada provincial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta como el jefe del Servicio de Protección de Menores nos concedieron una reunión junto a dos componentes de este equipo; nos pidieron disculpas por todo lo que había pasado. Nos dijeron que efectivamente los plazos son inexplicables, pero que ellos tienen mucha rotación y que hay muchos problemas. Añadieron que lo único que nos aseguraban es que la niña no iba a sufrir, que iban a adaptarse a su situación, a cómo ella se fuera comportando, en el acoplamiento hacia otras familias que ya tenían decididas. En 'Hogar Abierto' nos dijeron que era imposible plantear que fuéramos la familia que pudiera adoptar a la pequeña tras el acogimiento. Además, en ningún momento, desde el principio, se nos plantea esa posibilidad. Primero, nosotros somos familias de acogida, lo cual sabemos que es muy diferente a una adopción. El acogimiento es una medida temporal hasta que se decide si el menor va a volver con su familia biológica o va a ir a adopción. Siempre nos han dejado grabados en todos los casos, no solo con esta niña, sino también con los anteriores, que nosotros como acogedores, nunca podemos adoptar. Pero claro, esta situación -con sus errores y retrasos- nosotros no la habíamos buscado. Que pasaran 28 meses y nadie moviera un dedo por ella", explica Carmen especialmente afectada.

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Proceso de acoplamiento exprés: "Fue un infierno"

El matrimonio estaba desesperado, sufriendo ansiedad y sin poder hacer nada en contra. "Recibimos amenazas de que si no se les entregaba a la niña, y no seguíamos el proceso de acoplamiento, nos mandarían a alguien a nuestra casa para llevársela. Ha sido un infierno en todos los sentidos. Además un sufrimiento innecesario para todos, para la niña y para nosotros", destaca Carmen en su relato. El acoplamiento es el tránsito que se produce entre la familia de acogimiento y la familia de adopción. Una serie de planificaciones en las que el menor va pasando, poco a poco, más horas con la familia adoptiva. "En nuestro caso este proceso de acoplamiento ha sido totalmente desastroso: con una falta de empatía y dominado por los tiempos. Ha sido un acoplamiento exprés porque se tenía que hacerse muy rápido ya que el acogimiento temporal vencía. Quedaban dos meses para que el acogimiento temporal se terminara y hicieron ese acoplamiento excesivamente rápido. ¿Qué significa esto? pues que la niña empezó a somatizar vómitos, diarreas, lloros continuos, manifestaciones de que no quería irse, porque la niña tenía ya 28 meses con nosotros y hablaba", añade esta madre.

El nueve de noviembre de 2023 se produjo finalmente esa entrega ya definitiva de la pequeña en dependencias del Servicio de Protección de Menores de Málaga. La menor ya había pasado más de dos años, 28 meses, con estos padres de acogimiento temporal y ahora pasaba a la familia de adopción. "Hubo intercambio, le mandamos todas las fotos; todos los vídeos que teníamos de dos años y medio -que es mucho tiempo- y hubo una llamada telefónica que hizo mi marido al papá que de adopción y, desde entonces, se acabó. A raíz de un requerimiento que hicimos, porque era el cumpleaños de nuestra hija y le hacía ilusión recibir un vídeo de la pequeña, ellos cortaron todo tipo de relación con nosotros. No tenemos ni idea que había pasado; no sabemos desde entonces absolutamente nada de ella. Los primeros meses, bueno,... dos, tres primeros meses, pues mi hija estaba bastante afectada; de hecho mi hija desde el principio de todo esto, desde que se fue la niña, se encuentra está en tratamiento psicológico", añade Carmen.

El último contacto

Esta familia de Málaga -en febrero de 2023- recibió, por un mensaje de vídeo, la última imagen de la pequeña que acogieron. Desde entonces no han vuelto a tener respuesta a su demanda de mantener el contacto. Ni por parte de los padres adoptivos de la menor ni por parte de la Junta de Andalucía: "Nos han hecho caso omiso. Nadie se ha preocupado de mi hija biológica; nadie se ha preocupado de mi hija de acogida. La última contestación fue del jefe de servicio de Protección de Menores diciendo que la decisión ya estaba tomada: que éramos muy hostiles; argumentaba que definitivamente no era aconsejable que mantuviéramos relación con la pequeña y que la familia adoptiva tampoco quería vernos y ni mantener relación", relata desesperada esta madre. "Solicitamos una reunión una vez que la niña se fue y nos la concedieron: lo primero que nos dijeron es que ellos eran totalmente responsables de todo lo que había pasado 'hemos cometido errores; os pedimos perdón y disculpas y os garantizamos que la niña va a tener contacto con vosotros porque nos vamos a encargar personalmente de que así sea' nos dijeron entonces. Se comprometieron a hablar con el juez de menores para que nos incluyera en el plan de visitas. A llamar a esta familia y hablar con ellos y decirles que lo mejor para la niña es que nosotros fuéramos sus padrinos, parte de su familia, continuar con un contacto", pero hasta aquí llegó la administración, sin retomar el contacto con Carmen y Gorka. Ambos progenitores han decidido, ante la situación de bloqueo administrativo, acudir a la vía judicial para solicitar el expediente del caso. "Ese expediente se ha pedido a través del Defensor del Pueblo, a través del director general de la Infancia, a través de Loles López, la actual consejera de la Junta, y no hemos recibido respuesta. Hemos judicializado el tema, no nos ha quedado otra opción. Nuestra pequeña se fue en noviembre y desde diciembre llevamos solicitando el expediente en el cual aparecemos nosotros -con nombre y apellido- y tenemos todo el derecho a tenerlo porque directamente implicados en todo este proceso y en ningún momento se nos ha proporcionado. Solo se nos han proporcionado unos documentos parciales; totalmente capados del procedimiento y donde se habla, por ejemplo, de un informe de acople que nunca hemos tenido. Un informe en el que nosotros hemos sido supuestamente muy malos, que nos hemos portado muy mal; que hemos sido muy poco empáticos con la niña y tal. Pues ese informe nunca hemos llegado a verlo, con lo cual no podemos ni defendernos acerca de las acusaciones que nos hacen" desde la Junta de Andalucía, según insiste esta madre.

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Acceder al expediente y retomar el contacto con la niña

"Nos preocupa mucho el trauma por abandono que puede sufrir la niña; por favor, seamos humanos, que no estamos traficando con maletas ni con paquetes de Amazon. Somos personas con sentimientos y tenemos que protegerlos. Al Servicio de Protección de Menores les exigimos, en primer lugar, el expediente completo y que cuando se alude a algún informe, o a algún documento en el que aparecen nuestros nombres y se usa para denegarnos unas visitas, que podamos tener acceso a ese informe; que podamos leerlo y saber quién lo firma. En segundo lugar, queremos poder ver a la niña. Hemos apoyado nuestra solicitud, y posterior demanda administrativa, con informes de reputados psicólogos, como son los doctores Jesús Palacios y Javier Múgica, que son los mayores especialistas en España sobre este tema de psicología terapéutica en niños adoptados y en acogimiento. Son totalmente contrarios a lo que se ha hecho. Queremos que el Servicio de Protección de Menores deje su venganza personal hacia nosotros. ¿Por qué? porque hemos reclamado nuestros derechos; hemos protestado porque el procedimiento no se ha hecho bien, y lo saben y nos lo han reconocido. Todo el mundo que tiene hijos que se ponga en nuestro pellejo: de una menor de 28 meses que, de repente, es desarraigada de su padre, de su madre, de su hermana y se va a otra ciudad, a otro hogar, con otra familia desconocida", concluye esta madre.

La menor se encuentra en fase de estabilización

Fuentes de la Junta de Andalucía han rechazado negligencia en esta caso y aclaran que, en todos los procesos de adopción es la familia adoptiva -así lo establece la legislación en vigor- quien decide si se mantiene el contacto con la familia de acogimiento temporal. En este caso, la madre y el padre que han adoptado a la pequeña se mostraron contrarios a que se mantuviera esa relación con quienes en Málaga se habían hecho cargo de la menor durante 28 meses. Las mismas fuentes señalan que los técnicos del Servicio de Protección de Menores son los encargados de realizar el seguimiento del caso de esta niña ya en su nuevo hogar y con sus nuevos responsables, tal como ocurre en todos los casos ordinarios. Actualmente continúa el proceso de estabilización y adaptación de la menor en su emplazamiento con la familia adoptiva. Recalcan las mismas fuentes que la administración regional esta cumpliendo con el procedimiento establecido.