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Opinión

Julián Granado habla del «Cariño» en su Paso Cambiado

«Y según se comprueba, lo cierto es que desde el cariño se paga mejor. Tanto es así, que no me parece ninguna barbaridad hacer extensivo el uso de tanta empatía apelativa y gramatical a otros sectores de la Administración»

El «Paso Cambiado» de Julián Granado

Escucha el Paso Cambiado de Julián Granado

Morón de la Frontera

Paralelamente a la ola de divisionismo y encabronamiento que nos inunda, y para consuelo de males, una placentera corriente eléctrica recorre el sector del ocio y servicios de nuestro país. Te plantas ante un mostrador o mesa alta de gastrobar y, antes o después, una vocecilla de rasgos y acento ultramarino (si se puede decir así sin incurrir en discriminación racial) te preguntará “¿qué va a ser, cariño?”. Confieso que al principio, al verme así “encariñado” por la cajera del súper, con la que no había tenido jamás el gusto de comer en compañía, me sentí tentado de reaccionar como el puercoespín que soy, para exigir un tratamiento por el que corriera el aire. Craso error, que me habría impedido disfrutar de ese momento en que la misma chica (si se puede decir así sin incurrir en ironía de género), datáfono en mano, te presenta la abultada cuenta, bajo la deliciosa fórmula de “es tanto y más cuanto, cariño”.

Y según se comprueba, lo cierto es que desde el cariño se paga mejor. Tanto es así, que no me parece ninguna barbaridad hacer extensivo el uso de tanta empatía apelativa y gramatical a otros sectores de la Administración. Por ejemplo, la Hacienda Pública, o Tráfico, o la Policía Local. A los que abonaríamos nuestros Autónomos o sanciones no como acartonados ciudadanos, sino desde el “cariño”. Y, en la misma tónica, no veo inconveniente para que una Real Academia tan empática como la nuestra modificase las personas del singular para las conjugaciones verbales. Desterrado por falta de uso aquel viejuno “usted”, del yo, tú, él pasaríamos al yo, cariño, elle. ¿Qué les parece? A mí, de fábula. Pensando incluso en el futuro, ya escucho la mencionada vocecilla (si eso se puede decir sin menoscabo de la Dependencia) decirme al oído bueno aquello de “vamos que te cambio el pañal, cariño”.