PACMA denuncia por maltrato animal al ayuntamiento de Mijas y a los arrieros de burros-taxi
"El maltrato es evidente" Cristina García, PACMA
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Málaga
El partido animalista Pacma ha presentado una denuncia por maltrato animal contra el ayuntamiento de Mijas y los arrieros de los burro-taxi, y ha pedido la suspensión cautelar del servicio, tras alertar que los animales trabajan incluso enfermos y que el consistorio no vela por el cumplimiento de la normativa.
La denuncia presentada ante la Guardia Civil implica a todas las partes responsables en la explotación del servicio de burro-taxis de la localidad, incluido el ayuntamiento, concesionarios de licencias de burros-taxi, burros-carros y coches de caballos, dueños o responsables de estos animales y los arrieros.
El servicio de burro-taxis opera todos los días del año, de 8:30 a 21:30 horas, lo que, según PACMA, implica que "los burros están sometidos a largas jornadas de trabajo sin descanso" y que mientras esperan a los clientes, permanecen atados a estructuras metálicas con cuerdas demasiado cortas (en ocasiones, inferiores a 20 centímetros), lo que "limita gravemente su movilidad, contraviniendo sus necesidades fisiológicas y etológicas".
La formación denuncia, además, que los animales carecen de acceso adecuado a comida y agua y no todas las instalaciones cuentan con techado que los proteja de inclemencias del tiempo, una "exposición a condiciones adversas, como las bajas temperaturas en invierno y el calor extremo en verano, que representa un grave riesgo para su salud".
Según PACMA, el espacio donde, supuestamente, descansan los burros, es "sumamente reducido" y han documentado hasta ocho animales hacinados en un espacio apenas de 7 x 2 metros, cuando lo ideal sería proporcionar un mínimo de 4,5 metros cuadrados por burro.
Estas cuadras carecen de un sistema adecuado para la gestión de excrementos, lo que obliga a los burros a permanecer en un ambiente insalubre, lleno de orines y heces, lo que provoca lesiones en los cascos, ya que se mantienen constantemente húmedos.
"Se han documentado evidencias del deterioro físico de los burros, que presentan lesiones visibles y enfermedades advertidas por veterinarios, como laminitis y enfermedades de la línea blanca. Además, algunos burros trabajan con sobrecargas excesivas, lo que puede causarles problemas de salud graves, como espondilosis", añade.