Feijóo y Moreno no son incompatibles

En el otoño de 2022, Alberto Núñez Feijóo lideró desde Galicia una alianza de ocho presidentes autonómicos en el norte de España, con problemas y propuestas homogéneas en materia de financiación.

En el sur, al mismo tiempo, Juanma Moreno lideró otra alianza, junto a la Comunidad Valenciana y Murcia, con las que compartía -y comparte- graves problemas de infrafinanciación.

Ni Feijóo invitó a Moreno a su entente ni Moreno invitó a Feijóo a la suya, porque sus reivindicaciones friccionaban. Galicia sufre despoblación y envejecimiento, Andalucía es la comunidad más poblada y con más jóvenes.

Feijóo visitó a Moreno en el Palacio de San Telmo, y al ser preguntado por las demandas de su compañero al Estado, respondió: “Lo que haga Andalucía en el ámbito de la bilateralidad le corresponde al presidente Moreno”.

En política, hay pocas realidades incompatibles que no puedan coexistir en el mismo escenario si las circunstancias lo requieren.

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Habrán escuchado estos días, al eco del acuerdo entre los socialistas catalanes y ERC para sacar a Cataluña del sistema de financiación común, cómo Feijóo y sus barones del PP abanderan la vía de negociación multilateral; frente al diálogo bilateral que el Gobierno de Pedro Sánchez ha pactado para Cataluña. “Andalucía no va a aceptar la bilateralidad”, ha advertido ahora Moreno.

Pero esto no son realidades incompatibles. La política en términos binarios -de blanco o negro-, no es política, es atrincheramiento o populismo. La política tiene matices y la gente necesita matices para pensar antes de posicionarse.

Las comisiones bilaterales están blindadas en los Estatutos autonómicos, entre ellos el catalán y el andaluz.

Sánchez y el presidente Juanma Moreno pueden invocar esa ley orgánica y obligar al otro a sentarse a negociar sobre cualquier punto de discordia. Se ha hecho, se hace regularmente, es una suerte de cogobernanza, de coordinación entre instituciones. De normalidad democrática.