La crónica del "Granada Sound 2024": cuando la música no es solo música y va más allá
Además de concitar a 25000 personas por día, llevar en el cartel a Arde Bogotá, Crystal Fighters y Ginebras, entre otros, estrenó un nuevo espacio de electrónica que fue un éxito
Granada
Hablar del Granada Sound es hacerlo de cuando Granada decide dar lo mejor de ella y poner sus mejores galas para acoger a público y artistas, inaugurar de forma casi oficial el nuevo curso, tanto laboral como estudiantil y erigirse como punto de encuentro entre compañeros y amigos. Pero también es hacerlo sobre algo que tiene una explicación complicada, como una de las asistentes que se cruzó media Andalucía, venía desde Cádiz, para ver a Shinova o comprobar in situ como Merino conseguía tocar la fibra entre el público y ver como se erizaba la piel, literalmente, ante nuestro ojos.
Un festival que va mucho más allá de cuanto acontece en el Cortijo del Conde ya que se añaden actividades paralelas, con conciertos y sesiones previas tanto en Discos Bora-Bora como en La Loca María, además de hacer una recepción en El Bar de Eric.
Un recinto al que se le ha dado una nueva vuelta de tuerca y que ha funcionado muchísimo mejor que en años anteriores, posicionando La Placeta y la zona de restauración a la izquierda, usando la vía de servicio como acceso al recinto, separando la gran torre central en dos, esperemos que el año que viene vuelvan las pantallas traseras y la inclusión de "El bunker de Cupra Vigilsa", el nuevo espacio escénico dedicado en exclusiva a la música electrónica y que ha sido por méritos propios un éxito de público, además de notables sesiones por parte de los DJ's encargados del mismo.
Esta edición comenzaba con alguna queja respecto al cartel escogido por la organización, como si les faltara algo más. Desde nuestro punto de vista puede que haya sido uno de los más compensados de los últimos tiempos y que nos ha descubierto propuestas más que interesantes y venideras. Pero esto no nos quita el foco de la nula presencia de grupos granadinos, cuando somos conscientes que por número y calidad pueden estar en cualquiera de los escenarios principales. Esperamos y pedimos que esto se subsane para la edición del año que viene, que será la número XIII para las fechas 12 y 13 de septiembre.
Siempre pensamos que la labor de arrancar un festival de estas características no debe ser una labor sencilla, ya que el público llega a cuentagotas, no están muy ubicados y casi huyen buscando sombra, pero este año ese árduo trabajo recayó en La Paloma y consiguió que nada de eso sucediera, congregando a un público ávido de escuchar "Todavía no" en directo.
Casi podríamos decir lo mismo de Anabel Lee en La Placeta, venían de haber reventado Discos Bora-Bora apenas unas horas antes. El tercer encargo fue para Samuraï, un estilo que bascula desde el rock más puro, con un comienzo electrizante o ritmos más urbanos como la versión de “Qlona” de Karol G.
A partir de ese momento el silencio desapareció para dar paso a una cascada musical continua, con un Cupido que sigue con su estilo, momento "kisscam" norteamericano incluido y una fiesta que no cesó. Con Neverland Bari nos ocurrió lo que nos temíamos, íbamos a verles por 1a vez y nos conquistaron, tal cual ellos ondearon su bandera y allí nos atraparon.
Llegó el "Big Bang" de forma literal con Carlos Sadness, pletórico, con unas ilustraciones en las pantallas cuidadas y alguna de notable belleza. En un momento del concierto comenta que se acuerda de Granada aún estando de gira por Latinoamérica y sí, aunque quede chovinista, Granada es lo más en cuanto música, del resto podemos discutir. El momento empatía llegó al pedir de pedir que alguno le invitemos un fin de semana a nuestra casa y amigos no le faltaron. No podía faltar en la recta final su particular "Isla Morenita", momento en el que bajó del escenario a por un ramo de flores que le estaban ofreciendo desde el público. En pleno solape estaba Sienna defendiendo su directo en el tercer escenario e intentando tapar las grietas de sonido con sus temas.
Dani Fernández, en esa línea directa hacia arriba conseguía al fin su sueño de tocar en el escenario principal de Granada Sound, logrado con tesón, trabajo y letras, además de una importante comunión con el público. La muestra puede ser "Todo cambia", coreada al unísono por miles de gargantas de principio a fin. Un artista pletórico capaz de hacer revivir a Supersubmarina en un sentido homenaje.
Turno era para Shinova, presentando "El Presente" su reciente trabajo capaz de aunar temas íntimos con lemas festivaleros sin perder un ápice de su contundencia. Un disco que les está dando la oportunidad de saltar a la primera línea de los carteles, algo para lo que están más que preparados y así demostraron.
El final del viernes estaba entregado a los sonidos electrónicos más potentes jamás escuchados en el recinto, por un lado Delaporte, dispuestos a poner orden en el festival y de llevarnos a otra pantalla si hace falta. Una rave para bailar, entregarse y como muestra, ese "Ángel caído" que tienen junto a Alice Wonder. En el otro escenario aguardaban Crystal Fighters, unos clásicos ya por nuestra tierra y que no fallan, en buena parte gracias a un repertorio muy consolidado.
La segunda jornada abrió con tres estilos totalmente enfrentados, el desparpajo de Cariño, el intimismo de Quintero y el pop de Merino. Si no les importa nos quedamos con estos últimos, la banda de Sandra, apuesta por el pop, ahora algo denostado entre un mar de etiquetas y que ellos han cogido para hacerse abanderados. Una formación que sigue con un crecimiento orgánico poquito a poquito pero en una clara línea ascendente, de hecho el Escenario La Placeta tuvo una notable afluencia de público, traspasando los límites físicos de la carpa. No puede ser fruto del azar haber creado "Demasiado grande", e interpretarlo junto a uno de los grandes compositores nacionales como es Ivan Ferreiro.
La música no es solo una banda sonora en nuestra vida, te transmite hasta el nivel de ver a una chica erizarse su piel cuando sonó "Cerca del Invierno", algo que solo puede pasar cuando los temas los sientes como tuyos, eso consigue Merino.
Por un momento nos pareció ver a Alex Turner, cantante de los Artic Monkeys, pero no, fue aún mejor, allí salieron Magüi, Sandra, Raquel y Juls o lo que es lo mismo, Ginebras ¿a quién no le va a gustar...?, como diría la ilustre vecina de Las Gabias. La versión de "Con altura" de Rosalía es incluso mejor que la original, para que veáis el nivel que tienen.
Arde Bogotá un grupo que tuvimos la oportunidad de conocer por 1a vez visitando nuestra ciudad en el Granada Alive y que ya supimos ver que llegarían muy lejos, como así ha sido. Además este viernes han lanzado La Torre Picasso, su nuevo single y que nos muestra las nuevas sendas que buscan pero sin perder contundencia y esa línea de bajo-batería tan reconocible. Si a ello añadimos un repertorio redondo con temas como "Qué vida tan dura", "A lo oscuro" o Cariño, una auténtica legión de seguidores y un final apoteósico con un castillo de fuegos artificiales, tienes todos los ingredientes para querer a quedarte a vivir en un concierto suyo.
Podría parecer que era el momento final de esta duodécima edición pero aún faltaban los Sexy Zebras, un momento de locura colectiva a base de guitarras, La la love you, donde dar lo poco que aún queda de voz para corear esos himnos y un punto final a cargo de Elyella, sesión perfectamente medida con las proyecciones, donde se alternaban temas ajenos como los propios de Vanana Records y un momento okupación del escenario con Ginebras, como para no quererlas.
Así transcurrió esta nueva entrega del Granada Sound, donde el público, mayoritariamente de fuera, pudo disfrutar de una meteorología perfecta, la mejor cara de nuestra ciudad, la gastronomía y de música. Una edición donde se empieza a vislumbrar como esa segunda línea del cartel está más que preparada para el asalto al primer puesto, además de descubrimientos listos para quedarse entre nosotros.