La música del presente

Córdoba

No sé si los cordobeses estarán enterados de que esta semana arranca una nueva edición de Qurtubajazz, coincidiendo, además, con el Montijazz Vendimia que se celebra de las bodegas centenarias de Montilla-Moriles. Es probable que no lo sepan porque el jazz, no nos engañemos, es la música popular menos popular de todas, una música que no llena estadios ni grandes auditorios pese a contar con una inmensa minoría de seguidores.

Quizá tampoco sepan mis conciudadanos que nuestra provincia cuenta con excelentes festivales veraniegos dedicados al género. Hace unas semanas, los pasacalles, el baile swing y los conciertos se asomaban al azul inmenso del pantano de Iznájar. En agosto es cita obligada Jazzándaluz, en Priego de Córdoba, tres noches mágicas en un entorno que todos los cordobeses deberían conocer, como es el Recreo de Castilla. Y a finales de junio, la Rambla se llena de actuaciones en plazas y parques, e incluso en alguna de las tradicionales alfarerías de la ciudad.

Es cierto: quizá el jazz sea el género popular menos popular de todos, y sin embargo, parafraseando al mítico pianista Herbie Hancock, podríamos decir que es la música que nos habla de estar en el presente, pero no en el sentido de la actualidad o de lo que está de moda y por lo tanto es pasajero, sino sino de lo que ocurre justamente aquí y ahora, en el momento palpitante en que la improvisación conecta a los músicos entre sí y también con su audiencia.

Pues ya lo saben.