LaLiga de la talega
El Granada aprende la lección
La llegada de Fran Escrivá al banquillo del Granada para ascenderlo a Primera responde a un giro racional de la entidad que apostaba fuerte por un entrenador emergente y se la pegó. En Segunda División no existe el confort y los entrenadores veteranos suelen ser los más afortunados a la hora de cosechar marcadores porque conocen bien el paño. Si miran los banquillos de plata notarán como siempre son los mismos los que triunfan y los recién llegados pagan 'el pato' del experimento en una división donde todo está inventado y solo vale llenar la talega de puntos y esperar a las últimas diez jornadas de competición. Grandes entrenadores con muchos años en Primera bajaron un escalón y se la pegaron porque no sabían de qué va la categoría donde todos son aspirantes a Primera y candidatos al descenso. El Granada apostaba por un entrenador joven y con poca experiencia (ninguna) en Segunda y ha tenido que cambiar a toda velocidad para que Fran Escrivá repare la situación y devuelva la ilusión a los aficionados.
No son los entrenadores, es la categoría. Te puedes cargar a un entrenador pensando que reparas una mala dinámica y a las pocas jornadas vuelven a aparecer los problemas porque el acierto llega más con las plantillas que con los directores de las mismas. En Segunda hay que conocer las artes y existen entrenadores experimentados que son fiables cuando los llaman, precisamente por la experiencia adquirida en el alambre de la categoría de plata.
Técnicos
La Segunda División tiene sus entrenadores y esto es algo que conocen la mayoría de dirigentes. Hay técnicos que brillan en la categoría de plata y en Primera se la pegan y viceversa. Los cambios de banquillo suelen resultar la mayoría de las veces cuando se apuesta por un entrenador veterano sin descartar a los que suben desde el filial y logran el objetivo como le pasó al Almería con Fran Fernández. No tienen la culpa los responsables de los banquillos, es la categoría donde estar dos jornadas sin sumar te manda a la cola mientras que en Primera no suele suceder con los equipos que buscan la permanencia. Tocar la zona de descenso desencadena la tormenta perfecta y el técnico va a la calle. Lucas Alcaraz puede dar lecciones de Segunda División.
Futbolistas
Si la Segunda es LaLiga de la talega, también es la de los futbolistas especialistas que encadenan tres o cuatro temporadas en un mismo club al que le aportan solidez y los puntos suficientes para no pasar apuros. Hay jugadores que van mutando por los clubes de plata sin alcanzar la Primera y los clubes se los rifan porque suelen ser las piezas que arman el puzzle de un ascenso o de una permanencia. Una buena defensa y un goleador son las claves para estar mirando a Primera y hombres de club para no bajar y perder el fútbol profesional. Todo está inventado en Segunda.
Cuentas
En Segunda División se compite para llegar a las últimas diez jornadas con opciones. Unos por arriba y otros por abajo con las distancias en dos partidos todo queda para el final y esto lo saben los clubes que empiezan en agosto a llenar la talega de puntos para llegados los 50 que te salvan afrontar nuevos retos. Todo está inventado y los favoritos como los que buscan la permanencia van en plan hormiguita sin hacer cuentas hasta que llegan esas diez jornadas letales donde llegan los éxitos y los fracasos. El Granada ha probado la medicina de la Segunda como antes lo hizo el Tenerife y los dos clubes apuestan por técnicos de caché.
El Almería compite en LaLiga de la talega.
Tony Fernández
Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a la SER en 1996. Antes, en RNE. Más de 40 años de experiencia...