Con las manos vacías

Juanma Moreno pidió formalmente a Pedro Sánchez que retire este cupo catalán que no contempla la Constitución y que convoque la Conferencia de Presidentes para hablar entre todos de la financiación común de los servicios básicos de los españoles.

En su valoración tras reunirse en el Palacio de La Moncloa, Moreno se distanció del patinazo de pedir lo mismo que se rechaza y se centró en lo relevante: Andalucía saldría muy perjudicada a largo plazo si a Cataluña se le da soberanía fiscal plena. El presidente andaluz fue franco en su comparecencia: admitió que no obtuvo ningún compromiso de Sánchez y se vuelve con las manos vacías. Era previsible porque el presidente del Gobierno buscaba más dividir que otra cosa.

El hecho de que el PSOE tenga muy difícil cumplir su compromiso con ERC para aprobar los cambios legislativos que necesita para dar a Cataluña un régimen similar al concierto vasco o al convenio navarro, que sí prevé la Constitución, no debe provocar un exceso de confianza en las fuerzas políticas andaluzas, y mucho menos en la que tiene la responsabilidad de gobernar.

La ronda de contactos que ayer mantuvo Moreno con los demás grupos con representación en el Parlamento para informarles de primera mano de la cita del viernes fue decepcionante. Estamos ante un tema crucial en el que se pone en juego las capacidades con las que seguirá contando el autogobierno andaluz.

La dinámica fue, tristemente, partidaria. Ningún otro partido parece dispuesto a arrimar el hombro para rechazar privilegios, otorgados por pura conveniencia y costa de los demás españoles. Olvidan que Andalucía, en la Transición, tuvo que ganarse a pulso la igualdad, que fue para todos los territorios. Su miopía no les deja ver quién puede quedarse a futuro con las manos vacías.