Alexandre-Basile Coliadis, alcalde de Rodas: "No queremos ser Disneylandia, somos historia y cultura"

Córdoba

El Congreso Mundial de la Organización de Ciudades Patrimonio (OCPM) ha subido el ánimo de sus participantes. Alcaldes y alcaldesas de ciudades europeas, americanas o africanas se han dado cuenta de la importancia de las experiencias de los demás ante problemas comunes. Además, han mirado el "reloj" ante el avance de problemas como los efectos negativos del turismo masivo o el cambio climático.

El alcalde de Rodas, Alexandre-Basile Coliadis, ha tomado nota de muchas iniciativas que le van a permitir "ganar tiempo, cortar camino y ser más concretos y más rápidos". Así lo ha explicado en una entrevista a Radio Córdoba con su perfecto castellano, al tener familia española.

Para el alcalde, los principales problemas que asumen las ciudades con declaraciones de Patrimonio Mundial como esta (su inscripción es de 1988) suelen ser similares. Concentración de turistas, la marcha de los vecinos de las zonas más "presionadas", la contaminación visual o acústica, la proliferación de viviendas turísticas y veladores... Sin embargo, Coliadis insiste en que no se trata de ir contra el turismo.

"Debemos saber cómo presionar a instituciones superiores para que den subvenciones y ayuden a las ciudades patrimonio a solucionar problemas como la rehabilitación de viviendas en los cascos históricos", explica sobre el problema de la antigüedad de las casas del casco histórico de esta ciudad medieval. Muchas de ellas heredadas de las abuelas y abuelos.

Otra actuación necesario, para el alcalde de Rodas, en la creación de una red de plazas de aparcamiento que permitan reducir el tránsito por la zona patrimonial, aunque con medios de transporte que permitan que sus vecinos puedan llegar a sus casas.

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"Ha sido un congreso muy rico en datos y la gente está estudiando y preparándose. Cada ciudad tiene su punto de vista. Somos muy distintas, hablamos de ciudades como San José o Cabo Verde" ha valorado Coliadis, que añade que "gestionar el flujo de visitantes es el gran reto que tenemos".

Para ello, ha indicado, hay que hablar con los turoperadores y actuar "siempre desde el respeto a la cuidad y a los ciudadanos". Porque el objetivo final por el que hay que tomar medidas rápidas es evitar que la parte más turística muera. "No queremos ser Disneyland, somos historia y cultura", sentencia.