Yo no soy racista, pero ...

Córdoba

Yo no soy racista pero… Completa esa frase como quieras pero antes analiza si alguna vez la has dicho. Los discursos de odio en nuestra ciudad están aumentando. No es algo exclusivo de Córdoba. El odio, el racismo, el miedo al otro… se extienden como la pólvora. Y estos discursos no se construye solos. Vienen de mano de aquellos a los que le renta más que nos odiemos entre nosotros y nosotras a que nos unamos, de mano de ese 1% dueño de la mayor parte de la riqueza del planeta.

El problema es que esos discursos calan. Calan a través de las redes sociales en nuestros jóvenes, calan en el trabajo… Calan en el día a día de nuestra ciudad y de las personas que convivimos en ella. Hoy día cada vez es más difícil para una persona racializada que le alquilen una casa o que sus hijos no sufran discriminación en las escuelas o en los institutos. ¿Es ese el tipo de sociedad que queremos ser? ¿Una sociedad intolerante que construye barreras hacia el otro? La semana pasada asistí a una asamblea convocada en nuestra ciudad para combatir los discursos de odio y hacer frente al racismo. Me sentí gratamente sorprendida de ver aquel lugar lleno de gente. Decía Isaac Asimov que “el ser humano construye muchos muros y pocos puentes”. Ese día me demostró que no siempre es así. Que somos muchas queriendo construir puentes y sociedades que acojan donde el odio no tenga cabida. Por que Córdoba, aunque algunos les pese, siempre será una ciudad para todos y todas.