El nuevo PGOM de Córdoba

Córdoba

El modelo urbanístico-territorial actual de Córdoba estableció estrategias y propuestas del desarrollo residencial y los grandes equipamientos que iban a satisfacer la previsión de crecimiento urbano hasta nuestros días y también lo hizo hablando de sostenibilidad, la optimización de recursos y la protección del medio ambiente.

Pero este modelo urbano entra ahora en un proceso de renovación a través de la revisión de su Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) y parece que se quiere acercar al ciudadano, con la publicación de HELP documento que fija objetivos, criterios y estrategias para su desarrollo, a nuestros ojos un tanto escuetos.

El vigente Plan de ordenación aún siendo planeado en su día con enfoque participativo, acabo siendo un plan mecanicista sin que los urbanistas se basaran en la complejidad, la diversidad y la conectividad y por supuesto sin emplear el pensamiento sistémico y desgraciadamente sin plantear escenarios futuros que hubieran permitido una mejor adaptabilidad de la ciudad a los cambios globales.

El actual plan no divide la ciudad en subsistemas urbanos dentro de un sistema complejo, haciéndolo en distritos y áreas, pero no de forma sistémica. Esto quizás, le suponga al ciudadano un esfuerzo entenderlo sin centrar en ello su mirada. Pero ha de tener en cuenta que el nuevo modelo que se quiera implantar, va a condicionar su vida en los próximos 25 o 30 años.

Los anteriores planes formaron la estructura general de la ciudad, equilibrando áreas densamente pobladas y espacios abiertos. La expansión permitió crecer hacia nuevas áreas, y la densificación optimizó el uso del suelo en zonas ya desarrolladas. La centralización, fortaleció el núcleo urbano, haciendo de Córdoba una ciudad más compacta y accesible.

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El modelo urbano Córdoba es ejemplo de crecimiento y desarrollo sostenible, conservando la identidad cultural y promoviendo la participación ciudadana. Siendo este enfoque buen punto de partida para adaptarse a los desafíos del siglo XXI, llevándonos a ser una ciudad vibrante, resiliente y solidaria.

La complejidad de Córdoba resultado de la combinación de su historia, morfología y contemporaneidad, obliga a que la gestión de su crecimiento tenga en cuenta su patrimonio y la vez las necesidades que plantean los cambios sociales, las nuevas economías urbanas, el aspecto medioambiental y las nuevas redes de comunicación y tecnopolítica. Esto conllevará un proceso de equilibrio entre expansión, densificación y centralización en el que el pensamiento sistémico de la realidad compleja será capaz de crear un nuevo modelo de ciudad adaptable a los cambios externos e internos

Afrontando la revisión del PGOM colaborativamente, impelidos por las necesidades barriales y de cuidados, estimulados por la diversidad urbana y cultural, la autorregulación, irá sustituyendo el control mecanicista de los políticos y urbanistas en parte aún necesario, proporcionando la adaptabilidad para afrontar los retos de nuestro futuro urbano.