Nada por lo que pedir perdón

Jerez de la Frontera

Nada por lo que pedir perdón.

Inauguramos octubre, mes de la Hispanidad, efeméride de la que muchos se sienten avergonzados o ignoran. El reciente desplante de la Presidenta Mexicana y su antecesor obedece a la vieja estrategia del victimismo indigenista que no supone más que la tradicional manera de buscar un enemigo exterior para obviar los problemas interiores.

La mercancía averiada de la masacre española en el Nuevo Mundo vende hoy al por mayor, los apóstoles del revisionismo afilan sus argumentos con eficacia, juzgando los excesos de toda conquista y olvidando la ingente tarea integradora. No importa que la obra hispánica – experiencia única junto a la civilización romana-haya dado frutos indelebles. No interesa que a menos de dos décadas de la llegada de Colón, se fundaran Universidades y hospitales, no parece ser importante que se diera la mayor experiencia de mestizaje de la historia y se olvida que los cientos de pueblos y tribus mexicanas se unieran a Cortés para evitar los sacrificios humanos y la situación de esclavitud del indigenismo azteca hoy ensalzado. No hay nada por lo que pedir perdón