Soluciones por construir
El Colegio de Arquitectos calcula que en Andalucía necesitamos construir 50.000 viviendas de precio asequible al año para cubrir la acuciante demanda de los jóvenes y los nuevos hogares
La Columna de Ángela Cañal
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Sevilla
Hubo un tiempo, en los años 90, en el que se construían en España más de 85.000 viviendas protegidas cada año. Pisos modestos, pero a los que podían acceder familias trabajadoras con recursos limitados.
Llegaron después los años locos de la burbuja y en aquellos tiempos de desmadre y especulación gran parte de aquellas VPO acabaron vendidas al mejor postor. Todo con permiso de las administraciones, por cierto. Se construía con desenfreno, pero ninguna o casi ninguna vivienda social. Aquella burbuja reventó, la crisis barrió nuestra economía, y hasta hoy.
Según los últimos datos, en España apenas 2 de cada 100 viviendas es de VPO. Por comparar, la media europea supera el 9%. En Francia, el 17%. En Holanda, uno de cada tres. Frente a aquellas 85.000 de los 90, hoy apenas se construyen 9.000.
El Colegio de Arquitectos calcula que en Andalucía necesitamos construir 50.000 viviendas de precio asequible al año para cubrir la acuciante demanda de los jóvenes y los nuevos hogares. Una cifra inalcanzable al actual ritmo de tortuga la Junta y los Ayuntamientos, que no han sabido, no han podido o no han querido actuar a tiempo ante una emergencia social que se veía venir.
Regular los precios de los alquileres en zonas tensionadas, como plantea el Gobierno, puede ser una buena idea. Pero no si se impone a espaldas de las comunidades, que son las que al final tienen que ponerlo en marcha, y que en su mayoría ya han dicho que no piensan a colaborar.
Aumentar la oferta, es decir, dejar que la iniciativa privada construya pisos hasta cubrir la demanda, tampoco suena mal. Pero, ¿a qué precio se venderán estas nuevas viviendas? ¿Quién podrá pagarlas? ¿Y cuándo estarán disponibles?
Bonificaciones fiscales, penalizaciones a las viviendas vacías, ayudas directas… Propuestas hay muchas. Soluciones perfectas, ninguna. Y mientras millones de familias se asfixian cada mes para pagar la casa y gran parte de los jóvenes ni se plantean tener una.
Nadie parece haber encontrado la fórmula, a la vista está, para garantizar una vivienda a quien la necesita sin impactar en el mercado o espantar a los grandes propietarios. Pero sí hay una certeza difícil de rebatir: lo que se ha hecho hasta ahora, es decir, nada, no funciona.