Inquiocupas
El Gobierno andaluz ha metido la "inquiocupación" en su nueva ley de vivienda.
La Columna de Ángel Munárriz en La Ventana Andalucía
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Sevilla
Al problema se le asigna el mismo grado que a los desahucios, ya que se crea todo un "Sistema Andaluz de Información y Asesoramiento en Materia de Desahucios y Lucha contra la Ocupación Ilegal e Inquiocupación".
Es curioso. Hace poco más de diez años Andalucía aprobaba una ley de función social de la vivienda, hoy es pionera en la legislación contra la "inquiocupación".Y eso que hasta hace poco ni habíamos escuchado este neologismo, que a la mayoría le sonará solo de ver a Manu Tenorio en televisión.
La cosa es tan nueva que la ley, todavía en fase de anteproyecto, tiene que asignarle un significado en un anexo de conceptos:
"Inquiocupación: Estado intermedio entre ser un arrendatario con deudas y un ocupante ilegal".
"Estado intermedio"
Los "inquiocupas" son así cuerpos intangibles, indefinidos.
Casi okupas, casi inquilinos.
Criaturas espectrales, fantasmagóricas, que ni siquiera está claro que existan.
No está claro que existan.
Exactamente igual que el okupa que se mete en tu casa mientras bajas a por tabaco.
O que ese duro castigo que el impuesto de sucesiones inflige a las familias pobres de solemnidad.
O que el voraz intervencionismo con el que el Gobierno de España persigue a los caseros.
No está claro que existan.
Como la gran mayoría de los espantajos que agita el PP para hacer inviable un debate a fondo sobre el problema de la vivienda.
Ángel Munárriz
Periodista de 'El País'.