Instituciones

Córdoba

El premio Nobel de Economía de este año se lo han dado a tres economistas norteamericanos: Daron Acemoglu, James Robinson y Simon Johnson.

Tres economistas que escriben para el público en general y no solo para académicos. Tres economistas que hacen análisis comparados e históricos de las distintas economías.

La pregunta a la que responden en sus trabajos es la misma que llevamos haciéndonos los economistas desde que Adam Smith escribiera la “Riqueza de las Naciones” allá por el siglo XVIII. Es decir, por qué hay economías ricas y economías pobres. ¿Por qué economías ricas en materias primas como el Congo es pobre y, Francia, por ejemplo, que no tiene ninguna es rica? O más cercano, ¿por qué un país como Argentina, con una riqueza natural sobre dotada, una población educada sin amenazas exteriores y uno de los países de mayor renta per cápita del mundo en la década de los 40, es hoy un país endeudado, de renta media, en permanente shock?

Las respuestas que han merecido el Nobel se encuentran en tres libros interesantísimos que recomiendo: “¿Por qué fracasan los países?”, del año 2014; “El pasillo estrecho (Estado, sociedades y libertad)”, de 2019; y “Poder y progreso”, de 2023.

En los tres hablan de la importancia de las instituciones públicas y privadas, de las buenas regulaciones, de las empresas, de los mercados, de la innovación y la tecnología para el desarrollo económico.

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Los tres subrayan la importancia de conceptos básicos como libertad, igualdad, cumplimiento de la ley, ausencia de corrupción, seguridad jurídica, acuerdos. Y, al mismo tiempo, demuestran que el progreso no es algo determinado, que las sociedades que deterioran sus instituciones, que consienten la corrupción, que coartan la libertad, generan desigualdad y enfrentamiento, están labrándose un futuro de estancamiento y decadencia.

Releo las páginas de estos autores y miro la realidad de nuestra política y empieza a preocuparme.

Por eso, he decidido regalar estos tres libros a unas personas muy especiales: al señor Sánchez y al señor Feijóo.

Y se los regalo con la esperanza de que los lean y aprendan algo sobre la importancia de las instituciones en el futuro de todos.

Nota final: mucho me temo que ni esta columna de opinión, ni mi regalo, tengan mucho éxito, porque leer en el mundo de los audiolibros y podcasts es algo del pasado y empieza a estar mal visto. Quizás este sea el origen de todos nuestros problemas, que se lee poco. (A lo mejor me dan un Nobel un año de estos por descubrir la raíz de toda decadencia: la ignorancia sumada a la estupidez).