Jaén

Cumplir 100 partidos con un club y salir llorando del terreno de juego. Es lo que tiene el fútbol y es lo que le pasó a Óscar Lozano, futbolista del Real Jaén, el pasado domingo tras una dura entrada del rival en la que sufrió una luxación acromioclavicular de grado 2, que fuera de los términos médicos es una dislocación de la clavícula en relación al acromion, que a su vez es la parte del omóplato, que conocemos como escápula y que se encuentra en la parte superior y externa del hombro, siendo crucial para su movimiento y jugando un papel importante en la estabilidad y la función de la articulación.

Tres días después, el granadino trabaja, "tiene esperanzas" y confía en llegar al próximo partido de los blancos en Liga, que va a ser este sábado ante la UD Torre del Mar en La Victoria a partir de las seis y media de la tarde, tal y como ha contado en 'SER Deportivos Jaén' este miércoles. "Dependemos de la evolución que lleve mi hombro. A día de hoy, la evolución es inmejorable por sensaciones mías porque la verdad estoy sorprendido de que me permita hacer lo que hago ya. Estamos trabajando mañana y tarde para hacer que no tenga dolor el sábado y ojalá que sí. Yo tengo esperanzas y fe en que sí puedo llegar", ha señalado.

Lozano recuerda sus lágrimas porque en ese momento sintió mucha impotencia, e incluso frustración por como se estaba desencadenando el partido. Además, reconoce que los jugadores de El Ejido no le pidieron disculpas ni siquiera al terminar el encuentro. "Me sentí impotente porque cuando intentaba hacer alguna jugada o un uno contra uno siempre se cortaba de la misma manera. El árbitro no protegía nada. Había veces que pitaba falta y gracias y otras ni eso, incluso me sacaron a mi amarilla porque protesté cuando me pegaron un pelotazo después de pitar. Pero al final es fútbol, es parte del juego y es respetable. Si el partido acaba como terminó, bendito sea", ha señalado Óscar Lozano.

Su cuerpo sufrió el golpe de la caída pero sobre todo el trapecio y el pectoral, para intentar protegerse. Ahora trabaja en descargar toda esa zona y en darle movilidad "Me dijeron que las primeras 48 horas eran las más dolorosas pero es verdad que con el tratamiento que estamos llevando la evolución del hombro está siendo más que buena", añade.

Mente en la UD Torre del Mar

El extremo del Real Jaén reconoce que según le explicaron los médicos la clavícula se desplazó del hombro y los ligamentos sufrieron, una lesión "muy jodida y dolorosa", según Óscar, pero que está soportando bien, "avanzando mucho mejor de lo que esperaba". Así, tiene claro que no descansaría este sábado para estar listo el marte porque para él "el partido más importante es el que tenemos el sábado". "Mis ganas y toda la fuerza de voluntad es para poder jugar contra el Torre del Mar. Lo que pasa por mi cabeza es seguir trabajando de esta manera con el equipo para poder llegar el sábado al partido", insiste.

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Por otro lado, el granadino reconocía en SER Deportivos Jaén que vive uno de los mejores momentos de su carrera. Dice que tiene tranquilidad, apoyo y cariño de muchísima gente, no solo del club y da las gracias al entrenador, que entiende perfectamente el juego, "mi carácter, mi forma de ser fuera". "Todos estos años atrás me había quizás faltado algo, aunque en Jaén siempre he sido regular con los números. Es verdad que siempre me han pedido más y ahora se me está dando de cara. Intentar que no desaparezca y seguir trabajando de la forma que estamos haciéndolo para que sean muchos más", señala.

Por último, ha hecho hincapié en que no le desestabiliza la pregunta sobre posibles ofertas porque es "un jugador libre, sin representación". "Mi única representación soy yo. Si llegase algo al primero que le llegaría sería al club y el club decidiría una cosa u otra. Pero como ya sabéis yo soy feliz aquí y no pienso en propuestas, eso son bulos que no llegan a ninguna parte y si llegan el club es el que decide", finaliza.