Melero y Lopy, a cámara lenta

LA OPINIÓN DEL DÍA: Vaya por delante que Melero es un futbolista extraordinario y Lopy está en fase de serlo pero así no se juega al fútbol señores. Vale que Rubi quiera vestir de gloria a un jugador tan querido por él pero no se entiende cómo dos jugadores a cámara lenta dirigen al equipo ante la desesperación de la afición rojiblanca. Todo el partido para Melero en vez de darle el control a Arribas y probar algo nuevo. Lopy tiene una fuerza descomunal y a la vez la calma de un jugador de ajedrez. El Almería fue a cámara lenta y no dio salida de balón con esa chispa y punta de velocidad para que brille su calidad. Tardó 20 minutos en tirarle un córner en la segunda parte a un rival con diez futbolistas y jugando al pie sin que nadie tirara un desmarque hasta que entró en el partido Rachad.

No entiende eso de “ruge E Alcoraz” que dijo Rubi en la sala de prensa cuando rugía porque su Almería no exigía al Huesca, pero ese es otro tema porque ael entrenador catalán pasó por Huesca y está en su derecho. Lo que no es de recibo es ver al Almería contra diez jugadores sin un desmarque, sin una gota de talento en la medular. Con un equipo hundido en su portería pidiendo clemencia del gran favorito pero notando que no tenía enfrente un rival con chispa y defendían bien. Ni un cambio de ritmo, ni un toque de locura con Melero más apagado que el día del Albacete y Lopy perdiendo varios balones en la primera mitad. Triste partido de la pareja elegida.

Melero

El jugador madrileño era premiado por el Huesca de su etapa dorada y también por el entrenador del Almería poniéndolo todo el partido pese a que se necesitaba una velocidad más con el balón. Al fútbol se juega con otro ritmo cuando el contrario se queda con uno menos y el Almería no lo hizo. Una primera parte en la que Melero pasaba inadvertido salvo en el homenaje y una segunda en la que a medida que le fallaban las fuerzas se puso entre la medular y la frontal del área pero sin ese punto de brillantez que se le presupone por su calidad. No era su día y lo mismo que Rubi quitó del campo a un desaparecido Nico Melamed, que lo hubiera hecho también con Gonzalo Melero porque tampoco estaba aportando al equipo lo que necesitaba y a cámara lenta todo son facilidades para el rival. Seguro que Rubi vio un encuentro diferente al mío.

Lopy

A Melero ya lo conocemos pero al senegalés nadie lo entiende porque es capaz de lo bueno y lo malo en un mismo partido. De echarse al equipo a sus espaldas a no dar una a derechas y en Huesca tocaba otro partido lento, sin conectar bien con Melero y sin tener claro dar un paso al frente y viendo pasar los minutos sin un cambio de ritmo para romper las líneas del rival. Nadie duda de su calidad pero hay que pedirle mucho más en el campo porque tiene capacidades. A la pareja en la medular con Melero y Lopy se le puede y se le debe exigir más. Hay que recordarles que al fútbol se juega con algún cambio de velocidad si el rival se queda con diez. Viendo pasar los minutos y con el Huesca encerrado en su parcela Lopy tampoco daba una.

Casi 70 minutos ante un rival con uno menos y no hay manera.

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