¿Imprudencia o desinformación?
La firma de Francisco Benavent en Hoy por Hoy Jerez
Firma Francisco Benavent
Jerez de la Frontera
¿IMPRUDENCIA O DESINFORMACIÓN?
Hace 5 días que se viene anunciando desde la AEMET la formación de una DANA en España. Y aun así no aprendemos. Al margen de lamentar sinceramente las perdidas de personas, y solidarizarme con las familias que han perdido familiares y sus casas y pertenencias, aunque sean cosas materiales reemplazables, me queda la rabia de pensar que, aunque la naturaleza sea imprevisible y la previsión del tiempo, sea eso previsión, me pregunto ¿se podía haber evitado, al menos las perdidas humanas? No lo sé.
Lo de huracán Milton lo supe días antes y viví todo el recorrido desde que tocó tierra. El huracán mató a 23 personas. De Íñigo Errejón se han publicado todas sus perversiones. Lo que sí sé es que como seres humanos inteligentes somos tremendamente imprudentes, aunque veamos el peligro frente a nuestras narices. Imprudentes los conductores que cruzan la Porvera con medio metro de agua, de pared a pared, y siguen adelante hacia la Alameda Cristina; o los que conducen por la calle Honda. Imprudente el autobús que sigue la calle Larga, para llegar a la Rotonda de los Casinos, rodeado de contenedores flotando. ¡Como si hubiese alguien esperando en la fuente de la rotonda, con un metro de agua! Imprudente la señora que cruza con un bebé en brazos y su prole cruzando “el río de la Porvera” que termina derribando con la fuerza del agua a una niña cargada con una pesada mochila y que solo ese instinto de supervivencia animal que nos queda, en un acto reflejo la madre engancha a la niña y la incorpora ¿para qué?, para llegar al coche, como si fuera la tabla de salvación. Imprudentes los que publican bulos y mentiras, sean de donde sean. En la provincia de Valencia, con descargas de agua en algunos puntos de 500 litros por metro cuadrado, algunos conductores no pudieron salir de sus coches.
Cuando terminaba esta firma, el número de fallecidos por desinformación o imprudencia, asciende a 95 personas y algunos desaparecidos. Y nadie va a asumir ni las desgracias, ni la desinformación, ni la gestión deficiente. Pero lo que más me duele, profundamente, son los seis ancianos fallecidos de la residencia de Paiporta, porque no dio tiempo a ponerlos a salvo.