Un paseo por San Miguel. El cementerio malagueño con aires de grandeza
Un paseo por San Miguel. El cementerio malagueño con aires de grandeza
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Málaga
En el corazón del barrio malagueño de Capuchinos, entre Ciudad Jardín y Fuente Olletas, se ubica el Cementerio Histórico de San Miguel de la capital un lugar protegido y considerado como uno de los principales camposantos histórico-monumentales de España.
San Miguel se ha utilizado como lugar de enterramiento desde principios del siglo XIX hasta 1987 y es una de las pocas necrópolis decimonónicas que han llegado prácticamente íntegras hasta nuestros días. Una joya patrimonial que conserva Málaga y donde reposa la burguesía del siglo XIX. De hecho muchos historiadores consideran que para entender la revolución industrial en la provincia hay que visitar este lugar donde se enterraron y dejaron constancia de su estatus, las familias más destacadas de la Málaga burguesa. Las inscripciones que se pueden leer en las criptas y panteones nos transportan a una Málaga ya desaparecida. Apellidos ilustres como Larios, Heredia o Strachan descansan en mausoleos con una arquitectura funeraria digna de estudio.
La Cadena SER en Málaga les invita a un recorrido sonoro por este cementerio con el investigador, Francisco Rodríguez Marín, profesor de Historia del Arte en la Universidad de Málaga y uno de los máximos conocedores de San Miguel. Ya puedes escucharlo
Origen de la necrópolis
Málaga fue una de las primeras ciudades en acatar la Real Orden de Carlos III de fecha tres de agosto de 1784, que obligaba a construir lugares de enterramiento. En 1807 el Ayuntamiento adquirió para la construcción de un cementerio extramuros de la ciudad, la finca de Haza Cabello o del Capitán, con una extensión de 40.000 metros cuadrados situada al norte de la población, en un paraje bien ventilado, cercano al Acueducto de San Telmo y distante de la población. La Junta de Sanidad asumió la dirección de estos trabajos y se inscribieron los terrenos a nombre del Ayuntamiento. Fue precisamente el mismo ingeniero que desarrolló el Puerto y la Farola, José María de Peri, quien después de recorrer todos los alrededores de Málaga determinó que ese sitio era el que reunía las mejores condiciones para hacer una necrópolis.
De estilo neoclásico, el cementerio quedó cercado en 1829., su capilla se inauguró en 1837 y posteriormente fue restaurada en 1848 por la familia Heredia. En sus sucesivas reformas intervinieron arquitectos municipales como Cirilo Salinas, Rafael Mitjana (1848) y José Trigueros (1863).
En su interior las grandes familias de la burguesía malagueña del XIX construyeron panteones en los que utilizaron materiales muy costosos y que fueron firmados por prestigiosos arquitectos de la época. "Los mausoleos eran una forma de dejar constancia del estatus social y económico al que se había alcanzado en vida, no era únicamente el lugar para depositar los cuerpos de la gente que había fallecido" asegura Rodríguez Marín, que ha dedicado varias décadas de su etapa como profesor a estudiar, investigar y catalogar las construcciones funerarias de San Miguel. El primer mausoleo que se levantó fue en memoria de Salvador Barroso y realizado por Cirilo Salinas. A este seguirían muchos otros.
Junto a su interés artístico, San Miguel esconde mucho simbolismo, la memoria de numerosos hechos históricos y las tumbas de personajes de proyección internacional. Se puede visitar de lunes a domingo y cuenta con un amplio programa de actividades culturales todo el año, pero aún sigue siendo un gran desconocido para muchos malagueños.