Hipermetropía: cuando el mundo se ve borroso de cerca
Los pacientes que tienen hipermetropía presentan un defecto de refracción
Nuestra vista puede sufrir diferentes tipos de problemas y uno de los más comunes es la hipermetropía. Este es un defecto refractivo que afecta a millones de personas en el mundo, y se presenta en forma de visión borrosa de cerca, repercutiendo en actividades cotidianas como leer, mirar el móvil, trabajar con el ordenador, estudiar etc.
Una hipermetropía mal corregida puede ocasionar otros problemas como fatiga visual o dolores de cabeza y, en el caso de los niños, es especialmente importante detectarla y tratarla a tiempo para que no desencadene un ojo vago.
Si te interesa saber cómo corregir la hipermetropía, cuáles son tus opciones e identificar si tienes este problema en la vista, continúa leyendo: te contamos todo lo que necesitas saber al respecto para disfrutar de tu mejor visión.
¿Qué es la hipermetropía?
Los pacientes que tienen hipermetropía presentan un defecto de refracción. Debido a esta anomalía, las imágenes no se enfocan sobre la retina, sino por detrás. Esto se debe a que, quienes presentan hipermetropía, tienen ojos más cortos o más pequeños que el resto, o una córnea que no presenta la forma habitual, sino es más plana, y es eso lo que causa el problema. Que esto suceda genera que haya visión borrosa de cerca. Es decir, los objetos que se encuentran en distancias próximas no se ven con la nitidez adecuada.
Lo curioso es que cuando nacemos prácticamente todos tenemos hipermetropía. Pero, a medida que crecemos, el ojo se va desarrollando y el problema se corrige de manera natural. Si no lo hace, los niños crecen como hipermétropes y es necesario estudiar cada caso en particular con el oftalmólogo.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que la hipermetropía también puede presentarse junto al astigmatismo, otro defecto refractivo, que, en este caso, se debe a que el globo ocular no es esférico sino ovalado, ocasionando visión distorsionada en todas las distancias.
¿Qué causa la hipermetropía?
La hipermetropía tiene un importante componente genético. Por ello, si hay antecedentes familiares directos que tengan hipermetropía, las posibilidades de que un niño presente la anomalía son mucho más altas. Por eso, si uno o ambos padres son hipermétropes, es fundamental que lleven a su hijo a una revisión ocular ya de bien pequeño (es recomendable no esperar más allá de los 3 años) para detectar a tiempo o descartar este problema. Hay que tener en cuenta que los niños no suelen quejarse de no ver bien y, por tanto, la hipermetropía puede pasar muy fácilmente desapercibida si no se acude al oftalmólogo.
¿Es lo mismo la hipermetropía que la presbicia?
La hipermetropía y la presbicia suelen ser confundidas, pues ambas producen visión borrosa de cerca. Sin embargo, la presbicia, que también se conoce como “vista cansada”, aparece normalmente a partir de los 40 y 45 años de edad, fruto del proceso de envejecimiento. Concretamente, del cristalino, una lente que tenemos en el ojo y que, con la edad, pierde su capacidad de enfoque.
Por tanto, la hipermetropía es hereditaria y se presenta desde pequeños, por una alteración en el tamaño del ojo o la forma de la córnea, mientras que la presbicia sucede con el paso del tiempo debido al deterioro del cristalino.
Una misma persona puede tener hipermetropía y luego, con los años, sumar la presbicia. Esto puede hacer que experimente cambios en su graduación y que, por ejemplo, si solo tenía una hipermetropía leve, note más dificultades para ver bien de cerca y dependa mucho más de las gafas.
El tratamiento para la hipermetropía
Afortunadamente, existen varias opciones para solucionar la hipermetropía. La más común es la corrección óptica, ya sea con gafas o lentes de contacto. Pero, para las personas que no quieran depender de ayudas externas, también existe la alternativa de la cirugía refractiva, bien sea con procedimientos láser o lentes intraoculares.
Cirugía refractiva láser
Utiliza láseres de última generación, sumamente precisos, y engloba varias técnicas, como la PRK, LASIK o SMILE, dependiendo de cada caso. Con el láser se da forma a la córnea, moldeándola para compensar la hipermetropía y, en caso de que se presente combinada con astigmatismo, corregirlo también con la misma cirugía.
Cirugía refractiva con lentes intraoculares
La operación de la hipermetropía con lentes intraoculares se lleva a cabo introduciendo una lente fáquica, que el cirujano posiciona entre la córnea y el cristalino. Lo positivo de la intervención es que es reversible, pues no afecta a la estructura del ojo, sino que solo se introduce un lente intraocular. Esta lente es de tipo “tórico” cuando, además de la hipermetropía, el paciente tiene astigmatismo.
Para aquellas personas hipermétropes en las que ya ha acontecido la presbicia o “vista cansada”, existen otro tipo de lentes, las pseudofáquicas, que, a diferencia de las fáquicas para pacientes más jóvenes, reemplazan al cristalino. Como esta estructura ocular ya no funciona adecuadamente, es sustituida por una lente, solucionando así tanto la presbicia como la hipermetropía.
Ante estas múltiples opciones, si quieres ver el mundo nítido, de cerca o a cualquier distancia, lo mejor que puedes hacer es visitar al oftalmólogo. Hará un chequeo completo de tu estado de salud ocular y te dará un diagnóstico preciso para, a partir de ahí,asesorarte sobre el mejor tratamiento para ti, que te facilite la mayor calidad y comodidad visual, y también de vida. Tus ojos merecen el mejor cuidado, así que, en ningún caso, pases por alto cualquier señal de visión borrosa o mala visión.