Manuel Menduiña: “Lo más hermoso de ser médico es sentir la felicidad del paciente”

Granada

Manuel Menduiña resta importancia al hecho: ha sido nombrado por octavo año consecutivo uno de los mejores médicos de España, clasificación que se elabora con la opinión de sus compañeros facultativos y -esta es la gran diferencia- de los pacientes. Si acaso, a lo que concede valor es a la sonrisa, a la mirada, a la confianza de quien se pone en sus manos cuando la salud flaquea. “Lo más bonito de ser médico es la felicidad del paciente”, resume sin titubeos, mientras insiste en la labor humanitaria y en el carácter humanista que habita en su modo de entender la profesión.

Menduiña goza de reconocimiento internacional, y es sin duda uno de los grandes especialistas en Medicina Interna. Durante la entrevista se adentra en asuntos deontológicos y éticos, atisba la medicina del futuro, y se detiene en fortalezas y debilidades de la actual estructura de la sanidad pública.

El doctor explica que está pilotando la nueva unidad de tromboembolismo del Hospital Virgen de las Nieves, que nace como símbolo del compromiso y de la innovación clínica, y de la necesidad de que las especialidades se relacionen entre sí como vasos comunicantes para que todas alcancen su mejor rendimiento.

También viaja en el tiempo a los años de pandemia, y entonces su voz se quiebra, y se acuerda de pasajes concretos, como cuando tuvo que cambiar de residencia junto a sus hijos por el positivo de su mujer que, enferma y aislada, se quedó sola en casa y "todavía no sabíamos muy bien a qué nos estábamos enfrentando".

Habla entonces de la soledad en la muerte, del miedo, del valor de la presencia, de la vocación de servicio, que se abrió paso con firmeza, y revive el doctor Menduiña, emocionado, escenas que desde entonces permanecen latentes pero en silencio.