El Hospital Alto Guadalquivir inicia salidas al aire libre para pacientes ingresados en la UCI
Una iniciativa que se va a incluir en el Plan de Humanización del centro hospitalario andujareño con el objetivo de mejorar el bienestar de las personas ingresadas
La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Alto Guadalquivir ha iniciado un programa de salidas al aire libre para pacientes de larga estancia, una iniciativa que se va a incluir en el Plan de Humanización del centro hospitalario andujareño con el objetivo de mejorar el bienestar de las personas ingresadas y el de sus familias.
Este tipo de actividades facilita la recuperación y reduce el síndrome ‘post-cuidados intensivos’; el contacto del paciente con el aire libre le permite conectar de nuevo con el entorno, mejorando su bienestar y reduciendo así posibles niveles de ansiedad. Las salidas están especialmente indicadas en pacientes con estancias prolongadas en UCI (más de dos semanas), siempre y cuando las condiciones ambientales y la situación clínica de la persona lo permita.
En la puesta en marcha de este programa se implican profesionales de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Alto Guadalquivir. Durante el desplazamiento, que se lleva a cabo en la propia cama, el paciente va acompañado siempre por un intensivista, una enfermera, una TCAE y un celador y por supuesto la familia; además, se realiza con el material preciso para garantizar su seguridad. Para ello, se han localizado zonas al aire libre del área hospitalaria en las que puede mantener la intimidad dentro de un entorno seguro.
La directora gerente del Hospital Alto Guadalquivir, Lucrecia Sánchez, ha destacado la implicación de los profesionales y familiares en la puesta en marcha de este tipo de iniciativas que “contribuyen a hacer menos dura la estancia de nuestros pacientes, máxime en un periodo de recuperación que requiere del esfuerzo conjunto por parte de todos los profesionales y familiares. Acabamos de comenzar la experiencia con el primer paciente, pero lo iremos haciendo con todos los que tengan un perfil indicado para ello”.
En este sentido, el ingreso de una persona en la Unidad de Cuidados Intensivos supone una “ruptura brusca y total con la vida cotidiana”, conlleva la pérdida de estimulación sensorial y de contacto con el exterior algo que, junto a los cambios en el ritmo circadiano “son un caldo de cultivo para el desarrollo del síndrome confusional agudo de elevada incidencia en este tipo de pacientes”, ha explicado Sánchez.
Humanizar los Cuidados Intensivos, a su juicio, supone “centrarnos en la persona a la que atendemos, entendiendo que es única, preservando su dignidad y valores, cuidando en base a la mejor evidencia disponible, haciendo uso racional de recursos, incluyendo a los familiares y haciéndolos parte del proceso, recordando que la atención sanitaria es un derecho fundamental de todo ser humano y finalmente también es devolver al equipo la vocación y dar el sentido por lo que hacen”.
Esta actividad se considera como un tratamiento o cuidado más, de la misma importancia que cualquier otro proporcionado en la UCI. Como beneficio adicional, las salidas programadas permiten ampliar las visitas familiares y realizarlas en un entorno seguro y distendido y, además, aumenta la colaboración y confianza entre familiares y profesionales, aumentando también la satisfacción de éstos últimos.