Carta abierta a la DANA

Sevilla

Entraste en nuestras vidas para acabar con ellas. Tu fuerza y tu ira han provocado el desconcierto, primero y la más absoluta debacle, después.

Irrumpiste en el hogar de miles de familias y has arrasado con todo lo que te has encontrado en tu camino. Has roto núcleos familiares, les has arrancado el corazón a las personas y en unos minutos, te has llevado el trabajo de toda una vida.

El panorama es dantesco y tu violencia dejará secuelas y heridas que jamás van a cicatrizar.

Tú, maldita DANA, has ganado el primer asalto, pero entre tanta miseria; en medio del fango y aún con el dolor en nuestras almas por tan enorme tragedia, el ser humano se está revelando para demostrarte la grandeza de las personas. Frente al desastre, fortaleza. Frente a las tinieblas que has sembrado con tus violentas embestidas, donaciones, ayudas… trabajo sin descanso.

Nada ni nadie podrá reparar todo lo que nos has quitado: te has llevado vidas, casas y cosas. Muchas cosas. Nada podrá ser igual a partir de ahora, pero desde Andalucía me dirijo a ti para decirte que no todo te ha salido como esperabas porque has despertado la solidaridad sin condiciones. La ayuda más apreciada y valorada, la que nace del corazón. La que no se paga ni se vende porque es sincera.

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Ojalá que también pudiera echarte en cara que has logrado que el gremio político se pusiera de acuerdo y que nadie aprovechara tu presencia para sacar tajada. Pero como soy optimista por naturaleza, espero y deseo poder incluir en la siguiente misiva, también este logro. Sería maravilloso.