Infames
La firma de Dolores Barroso en Hoy por Hoy Jerez
Firma Dolores Barroso
Jerez de la Frontera
INFAMES
Dolores Barroso Vázquez
No puedo hacer otra cosa que dedicar esta humilde carta sonora (que generosamente me cede nuestra emisora) al sufrimiento de todas las personas que han padecido en su familia y sus haciendas el terrible embate de la furia de la naturaleza, especialmente en Valencia. Desde la semana pasada tenía interés en celebrar con ustedes la imprescindible exposición dedicada a Francisco Pinto Barraquero que con tanta dedicación, amor y profesionalidad ha comisariado su hijo, pero todo me parece banal a tenor de la magnitud de la catástrofe, no puedo emplear otro adjetivo. Catástrofe por la pérdida de vidas, por el sufrimiento colectivo, por la ansiedad y desesperación de los que tienen en su puerta los restos del desastre, el olor de la tragedia y la incertidumbre de no saber dónde y cómo están sus seres queridos aún hoy desaparecidos. Pero también por la incompetencia, dejadez e indignidad de los que tienen por competencia directa la obligación desde la responsabilidad de sus cargos políticos ejecutivos de garantizar el bienestar de todos nosotros. No han estado en su lugar, y lo que es peor, ni aceptan ni asumen sus errores. Infames, sí, elijo este adjetivo que se convierte en sustantivo cuando denomina a quien carece de honra, crédito y estimación, sembrando de incertidumbre un presente de urgentes necesidades, y lo que es peor, nos hacen temer que ya hayan hipotecado también nuestro futuro. Si creemos en la palabra del exministro de cultura que relataba que el jefe del ejecutivo se preguntaba ¿Cómo me recordará la historia?, yo le sugiero este adjetivo. No confío en su propósito de enmienda.
Creo que la sociedad española no volverá a ser la misma después de todo lo sucedido desde el día 29 de octubre. No soy pesimista, ustedes tampoco, no nos entregamos, tenemos muchas razones para luchar y disfrutar del extraordinario regalo que es la vida. La catástrofe nos deja experiencias y mensajes de esperanza: la respuesta instantánea de los ciudadanos de Valencia y de toda España, la entrega incansable de los profesionales civiles y militares, de los cientos de personas anónimas que acompañan a los vecinos, y por supuesto de nuestro afán de supervivencia reflejado en la entrega incansable de los damnificados a la reconstrucción de sus vidas. Nos ha demostrado que nuestros jóvenes están a la altura, que tienen valores, iniciativa, generosidad y espíritu de sacrificio. Que el jefe del Estado es escrupulosamente respetuoso con los límites de acción que le marca la Constitución, pero que está y actúa.
Ojalá no hubiese pasado nunca, ojalá no vuelva pasar, pero que no sea en balde. Asumamos nuestra responsabilidad y nuestra capacidad de acción como ciudadanos desde la reivindicación sin violencia, desde la recuperación de los valores de la vecindad, el respeto y la reclamación de lo que nos merecemos y sufragamos con nuestros impuestos. Los sueldos de los políticos los pagamos nosotros para que trabajen por y para nosotros. Y por supuesto: NO OLVIDEMOS A LOS DAMNIFICADOS cuando dejen de aparecer diariamente en los informativos y redes sociales. Que se lo pregunten a los habitantes de Lorca o de la isla de La Palma.