El paraíso pintado por Muñoz Degrain en el Museo de Málaga

Málaga

Muñoz Degrain es de esos malagueños destacados de la historia de Málaga que nacieron en otros sitios, en este caso en Valencia. Pintor autodidacta que viajó por España y varios países del mediterraneo empapandose de la luz y el color que luego plasmó en sus lienzos. Vino a Málaga en 1970 invitado por su amigo Bernardo Ferrándiz para pintar el techo del Teatro Cervantes y se quedó enamorado. Enamorado de la ciudad y de una malagueña, que nuestra ciudad siempre fue de concentrar la bella luz que la baña en los ojos de sus mujeres... y el maestro de la luz del siglo XIX se quedó.

Paisajista simbolista, maestro del color, la luz y el drama sus grandes obras te atrapan a poco que te acerques a ellas. En el Museo de Málaga, conmemorando los cien años de su fallecimiento, se ha abierto una pequeña exposición conmemorativa. Solo 30 obras de los Museos de Bellas Artes de Valencia, Granada o del Thyssen de nuestra ciudad se complementan con las dos salas permanentes dedicadas a este malagueño de adopción. Una exposición que hace tiempo estábamos esperando en la ciudad que tanto le debe en prestigio a este Valenciano que tuvo el placer de adoptarnos.

Junto a esas obras que recorren desde su juventud a sus madurez como profesor de paisajes en Madrid, la exposición presenta un apartado especial sobre su presencia en la ciudad que siempre pintó como si fuera un paraíso. Cuando Muñoz Degrain se jubiló de profesor volvió a Málaga y delante de un cuadro, con el pincel en la mano falleció de un infarto estando enterrado en el Cementerio de San Miguel. Una muestra que nos cuenta en su crónica nuestro cultureta Jose Mateos y que estará abierta al público hasta el 3 de diciembre.