Luz verde a la norma que prohíbe más pisos turísticos en barrios saturados de Málaga
No podrán abrirse nuevas viviendas turísticas en 43 barrios de la ciudad
Málaga
El equipo de gobierno del PP en el ayuntamiento de Málaga ha aprobado este lunes, en la comisión de Urbanismo y por vía de urgencia, la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para prohibir la apertura de nuevos pisos turísticos en los 43 barrios de la ciudad que considera saturados. Son aquellas zonas donde estas viviendas superan el 8 por ciento del total. Se trata de la denominada zona 1 e incluye el Centro Histórico, El Ejido, La Merced, Lagunillas, Capuchinos, El Molinillo, La Goleta, San Felipe Neri, La Trinidad o La Victoria, entre otros. En la zona de la Merced, los pisos turísticos superan el 53 por ciento y en el Centro Histórico están por encima del 36, seguidos de Lagunillas, con un 34 por ciento de implantación, ámbitos que están a la cabeza en este tipo de viviendas.
La norma pasará por el pleno de noviembre, previsto para el último jueves del mes, y entrará en vigor con la publicación de su aprobación inicial en el Boletín Oficial de la Provincia.
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Merced a esta norma, ningún barrio residencial de la ciudad podrá tener más de un 8 por ciento de los pisos turísticos y, además, las nuevas viviendas que se abran en ellos tendrán que tener entradas y servicios independientes, lo que hace muy difícil que se incluyan en edificios residenciales ya construidos. No obstante, en otras dos zonas residenciales la norma permitirá que sigan instalándose viviendas turísticas hasta llegar al 8 por ciento -en el caso de que no alcancen ese porcentaje: se trata de la zona 2, que abarca 32 barrios donde estas viviendas suponen un porcentaje igual o superior al 4,53 por ciento, pero no sobrepasan el 8 por ciento y a la zona 3, que incluye aquellos barrios con una tasa de viviendas turísticas inferior al 4,53 por ciento.
La medida ha salido adelante con los votos del PP y Vox y el rechazo de PSOE y Con Málaga.
"No vamos a aplicar un modelo de turismofobia"
La concejala de Urbanismo, Carmen Casero, indicaba que "hay razones de interés público y social" que "hemos debatido y que nos ha animado a iniciar este camino" con los límites de la legalidad y la jurisprudencia, ajustándose a los principios de "objetividad y proporcionalidad en la toma de las decisiones". Casero indicaba que se persigue un modelo "que sea sostenible y facilite la convivencia con los usos" en alusiones a los problemas que se producen por la instalación de viviendas turísticas en edificios residenciales. Casero hacía alusión expresa a que el sector de las viviendas turísticas "tendrá que participar" en la fase que se inicia con la aprobación de la norma en el BOP, así como las asociaciones vecinales y el resto de grupos políticos para la profundización de estas medidas. "No podemos obviar que el sector turístico crea 50.000 empleos directos en esta ciudad. Nosotros no vamos a aplicar un modelo de turismofobia en absoluto y sí un modelo de consenso en el que los usos estén equilibrados y sean compatibles", afirmaba Casero.
Una norma "estética" que nace "difunta"
La oposición de izquierdas ha rechazado tajantemente la norma; considera que permitirá que se saturen barrios que aún no lo están al dejar que sigan creciendo los pisos turísticos. "Esta modificación nace difunta. No se utiliza el instrumento adecuado", afirmaba la portavoz de Con Málaga, Toni Morillas, que ha exigido abordar esta problemática con instrumentos de distinta índole, desde la planificación urbanística hasta la "inspección" o el "régimen sancionador". El concejal del PSOE, Mariano Ruiz Araujo, sostenía que esta norma va a suponer 12.000 nuevas viviendas de uso turístico a la ciudad y vamos a llegar a 25.000". Es una medida "estética", que "no va a servir absolutamente para nada" y va a "crear un incentivo para que se saturen aquellos barrios que no están saturados, añadía Ruiz Araujo. Ambos ediles han afeado que se acabe aprobando esa propuesta cuando el alcalde, Francisco de la Torre, habló días atrás de estudiar la prohibición de nuevas viviendas turísticas en el conjunto de la ciudad. Para Morillas se trató de "una propuesta deshonesta para calmar los ánimos antes de la movilidad" por la vivienda digna en Málaga.
Sobre la mención a la turismofobia de la edil responsable de Urbanismo también contestaba la oposición. Su modelo se basa en la "vecinofobia", indicaba Morillas. "No es turismofobia, es Málagafilia, señalaba el concejal Ruiz Araujo.
Nieves Egea
Redactora de Informativos de SER Málaga. Especializada en información municipal. Ha cubierto en las...