Antonio Conde y Lourdes Mohedano, los deportistas que pusieron el nombre de Córdoba en la cima del mundo
El árbitro internacional y la medallista en Río 2016 han pasado por Radio Córdoba para repasar su trayectoria en SER + Deporte
Córdoba
Córdoba está plagado de nombres ilustres que han paseado la bandera de la ciudad por cada rincón del planeta. Dos de ellos lo han hecho muy recientemente y desde lugares diferentes dentro de un mismo pabellón. Antonio Conde dirigiendo el baloncesto del más alto nivel y Lourdes Mohedano encandilando al mundo en el tapiz de la gimnasia rítmica. Los dos han pasado esta semana por el programa SER+ Deporte para hablar de su carrera, sus experiencias y sus planes de vida.
“Lo que tengo muy claro es que nací deportista. Empleaba mucho tiempo y mucha energía. Hice atletismo, natación, fútbol… pero había algo en la gimnasia rítmica que me apasionaba”, relata Lourdes, que logró ir quemando etapas hasta tocar el cielo en Río 2016 junto al ‘Equipaso’. “Así, con acento cordobés”, defiende. Porque así llamaron a aquel grupo que consiguió una medalla de plata más que polémica. “La rítmica internacional sabe que ese oro tuvo que ser para España, pero no hubo más remedio que adaptarse y aceptarlo. Es algo que se me va a quedar siempre. Da rabia. Coraje, que decimos nosotros”, bromea.
Una presea que reconoce tener “guardadita” pero no mirar mucho. La última de su carrera. “Podía haber seguido con un equipo nuevo, pero estaba desgastada física y mentalmente. Esperamos unos meses, nos lo tomamos con calma para decidir y al final tomamos esa decisión”, dice una Lourdes Mohedano que dijo adiós con apenas 21 años.
El que sigue al pie del cañón a sus 51 es Antonio Conde, el árbitro cordobés designado para dirigir la final de los JJOO entre Estados Unidos y Francia. No hay partido mejor. “Está sin duda en el top-3 de los momentos cumbre de mi carrera”, sostiene entre risas. Porque si hay uno que no olvidará nunca es el de su debut en ACB. “Fue un Estudiantes-Girona. No sabía ni dónde estaba. Bastante tenía que con estar de pie”, recuerda.
“Nunca supe que quería ser árbitro. Empecé jugando a baloncesto en Salesianos, fui evolucionando, quemando etapas y un día me ofrecieron hacer el curso de árbitro. Cuando me cambia el chip es cuando la ACB me ofrece a ir a una liga de verano. Ni sabía lo que era eso”, rememora. El caso es que el proceso fue bastante rápido y desembocó en todo lo que conocemos después de Antonio Conde, toda una referencia en el mundo del arbitraje.
Tanto como para tener la oportunidad de la que hablábamos antes de dirigir el partido más importante de la disciplina. “Mi idea era tratarlo como uno más. Sin ir más allá porque mentalmente te podía jugar una mala pasada. La clave está en focalizar tu atención en que es un partido de baloncesto”, sostiene. Aunque no se llevó medalla, sí que puede considerarse campeón olímpico. “No tenemos un galardón como tal, pero la camiseta la tengo firmada por mis compañeros. Es lo que te llevas y es un gran recuerdo”, dice.
Por último, Antonio, que tiene que ir a Gran Bretaña y Sarajevo en estos días para dirigir encuentros de clasificación para el Eurobasket de 2025, quiso hacer un llamamiento para que se valore el mundo arbitral. “Pido a la gente que haga un ejercicio de empatía y que se pongan en el lugar del otro. Comprensión sobre todo para los chavales que empiezan porque es realmente difícil”.