Sin justicia

Sevilla

En la maraña de la actualidad se entrecruzan muchas veces asuntos judiciales. Vemos jueces metidos a políticos, comparecencias televisadas, querellas admitidas a trámite que abren portadas.

Esta semana, por ejemplo, hemos visto, en el colmo del cinismo, cómo los primeros en ser investigados judicialmente por lo ocurrido con la DANA en Valencia van a ser meteorólogos. A pesar de haber demostrado de sobra que fueron dando avisos continuos desde 72 horas antes, el pseudo sindicato Manos Limpias los ha denunciado y un juez se ha apresurado en abrir diligencias contra ellos.

La imagen de la justicia no puede estar más por los suelos que ver cómo las denuncias populistas e incontroladas encuentran enseguida encaje en los juzgados para, simplemente, remover esta actualidad informativa embarrada en bulos y exageraciones. Mientras eso ocurre, la justicia en Andalucía sufre un latente y profundo deterioro que apenas ocupa páginas ni minutos de televisión o radio.

Esta semana hemos podido saber que hay juicios en Cádiz señalados para 2029. Que a una mujer con cáncer le van a tardar al menos dos años en analizar la incapacidad laboral que le han denegado. Que un juicio rápido por violencia de genero se ha fijado para septiembre del año que viene. Los abogados de Cádiz ya ni se quejan. Se han acostumbrado a que este sea su día a día. Y la ciudadanía asiste resignada a que despidos o indemnizaciones tarden en juzgarse tres años por el colapso de los juzgados de lo social. La crisis de la justicia y su credibilidad es tan fuerte que cuando alguien se ponga a trabajar en resolverla, quizá, ya sea demasiado tarde.