Ese artesanal:" Lo que admita"
La firma de Covadonga Traverso en Hoy por Hoy Jerez
Firma Covadonga Traverso
Jerez de la Frontera
ESE ARTESANAL: “LO QUE ADMITA”.
Pudiera parecer magia; porque de su peculiar `chistera´, que cada una tiene en propiedad, a veces con lo necesario, otras con lo disponible, asoman con una casi rítmica progresión para nuestros sentidos auténticas obras de arte. Así lo recuerdo. Artesanas, con mayúsculas.
Estoy pensando hoy en grandes cocineras que ha habido en mi familia; especialmente en mi madre. He tenido la suerte de que, además de ellas, restauradores y algunos amigos han compartido recetas conmigo. Pero creo que los platos a los que pienso `he cogido el punto´ son los que ella me enseñó; y a ella, a su vez, muchos su madre. En mi recetario particular se distinguen perfectamente del resto; son las recetas del: “lo que admita”. En mis inicios reconozco que a veces la expresión me ponía nerviosa; con los años me di cuenta de que es así. Salvo en repostería, hay ingredientes que la báscula no termina de entender; algunos que tienes que ser tú quien consiga la cantidad exacta y que, además, puede y suele ser distinta cada vez que la elaboras. Aunque parezca paradójico, ahora soy yo quien al compartir las recetas caseras, familiares, y generacionales, esas que me enseñaron…, hace uso de la expresión. En casa mantenemos la tradición de algunas en particular, fieles a la original. Esas recetas, `nuestras recetas´, que en algunos casos hasta nos identifican; de hecho, así lo recuerdan quienes han sido invitados a probarlas en casa. Homenajeo hoy en particular a esa gran cocinera, responsable de la mayor parte de `mi mano en la cocina´. Y si, como en alguna ocasión previa, me solicitan alguna de sus recetas, permítanme por ello que en la preparación y para algunos ingredientes incluya: “lo que admita”.
Atesoro mucho más que esa joya que es para mí el recetario familiar. Mientras las elaboro, evoco aquel regalo para mis sentidos y, sobre todo, los maravillosos momentos que pasé a su lado mientras aprendía; seguidos, ¡cómo no!, de aquellas entrañables, inolvidables, añoradas sobremesas.
Gracias y un saludo.
COVADONGA TRAVERSO BLANCO