Si te pierdes, ese hospital no es accesible

Córdoba

A todos nos gusta encontrar el camino que nos lleve hasta nuestro destino. Y en el caso de que nuestro destino sea una consulta médica dentro de un edificio de uso hospitalario aún el deseo es mayor.

Estas palabras llevan a nuestra mente a recordar la última vez que visitamos un hospital y quisimos encontrar una sala ubicada en un pasillo que debía aparecer al bajar un ascensor que estaba al fondo de otro pasillo que me indicó una señora que encontré perdida en el tercer pasillo que recorría después de haber vuelto dos veces a la recepción del lugar para preguntar cómo se llegaba a mi deseado destino sanitario.

Y es que la realidad supera a la ficción en lo que a sistemas de orientación espacial se refiere, de manera general, tanto en edificaciones como en espacios públicos de la ciudad.

Perderse es demasiado fácil y si, además, hemos de encontrar el deseado camino estando enfermos, nerviosos o con prisa aún empeora.

Pero ¿Es un problema personal?, ¿tal vez una discapacidad?.

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A ello responderé con la cita de la Declaración de Estocolmo de 1994: "el buen diseño capacita y el mal diseño discapacita". Y es que sin contemplar la accesibilidad universal y el diseño para todos en la concepción y materialización de los entornos construidos es imposible lograr que la autonomía personal sea una realidad, independientemente de las capacidades de la persona que use ese espacio.

Cuando hablamos de Wayfinding nos remontamos al año 1950 en el que esta disyuntiva ya estaba sobre la mesa en Inglaterra y que ha sido objeto de estudio a lo largo de los años. Pero el resultado es que, a día de hoy, hablamos más de accesibilidad cognitiva pero no es posible encontrar un hospital con recorridos lógicos, bien señalizados que usen hitos, sendas y recursos cognitivos que permitan a cualquier persona con y sin problemas de orientación localizar la consulta médica y deambular hasta ella en condiciones de comodidad seguridad y autonomía.

Y la solución es sencilla, de bajo coste y alto impacto, pero requiere la voluntad y el conocimiento técnico específico para aplicarla, porque la legislación hace más de 40 años que lo avala con todas las garantías posibles.

Si tú te pierdes, ese hospital no es accesible.