Sonidos de adviento
Firma de Opinión de Julio Canto, periodista cordobés en Berlín
Sonidos de adviento. Julio Canto
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Córdoba
Buenas tardes José Manuel, buenas tardes a todos. Comienza este fin de semana el Adviento y aquí en Alemania se abren los tradicionales mercados de Navidad. El aire se impregna de aromas dulces a canela, nueces, vainilla, vino caliente... En fin, con el frío y la falta de luz, nos conformamos con eso por aquí. Pero. además de aromas, estas semanas también tienen sonidos y uno muy particular es éste.
Es la parte más reconocible de la banda sonora de una película que lo más navideño que tiene son los paisajes nevados. Se lama „Tres Avellanas para Cenicienta“ y es una coproducción de dos países que ya no existen: la antígua República Democrática de Alemania y Checoslovaquia. Las cadenas de televisión y las plataformas de streaming se llenan estos días de películas navideñas. Siempre hay alguna nueva metida entre los clásicos, pero ésta no puede faltar. Cuenta la historia que ustedes ya conocen de los hermanos Grimm, pero de una forma distinta al clásico de Disney. Cenicienta es una chica huérfana que vive en un pseudo palacio, más bien un cortijo para que nos entendamos y tanto su madrastra como las hermanastras la humillan y la relegan a tareas como la cocina y la limpieza. Sus apoyos son el personal de la casa, la clase trabajadora, y un par de animales con los que se entiende muy bien: un búho y un caballo. Tiene la suerte de que su padre, antes de fallecer, le enseñó a montar a caballo y a disparar con la ballesta mejor que la guardia real. El príncipe viene a ser un chico algo engreído e inculto envuelto en unas mallas indecentemente apretadas. La cuestión es que Cenicienta tiene ocasión de burlarse un poco de él y de sus amigos antes de que se enamoren en el conocido baile.
En definitiva, se trata de una Cenicienta del año 1973 absolutamente empoderada y, posiblemente por eso y por algo de nostalgia de una época pasada, esta película tiene caracter de culto de temporada para muchas personas en este país. Y me puedo imaginar precisamente porqué a las más pequeñas de cada casa esta Cenicienta dulce, bondadosa pero, finalmente, liberada les resulta fascinante. Busquen ustedes en sus servicios de streaming y, si la encuentran, veánla aunque sea con subtítulos. No tiene efectos digitales. Es un cine de otro tiempo. Vale la pena. Un saludo y feliz primer fin de semana de Adviento