Crusat cerró la taquilla
La huella del ‘Chiquitillo’ en el Almería
Dejó la taquilla llena pese a que se lo llevó todo. Quiso cerrar una etapa y no lo consiguió, porque Albert Crusat con su marcha se hizo más grande en los Almerías que vinieron. Ficharon otros extremos pero ninguno como Crusat. Sin darse cuenta cerró una taquilla de un jugador que marcó época con un ascenso y cuatro temporadas seguidas en Primera. No se acabó el fútbol para él aquel día, pero el Almería siempre lo recordará con honor y pasión porque el ‘Cuiquitillo’ Crusat: fue uno de los grandes artífices de una época maravillosa. Hizo mucho y habló poco, porque la lengua se le iba en el campo con los contrarios y el árbitro. Menudo era Crusat ante la injusticia. Genio y figura de un futbolista que nos regaló una punta de velocidad que le venía de serie. Paco Flores lo fichó por su enorme velocidad.
Carácter
Por encima de su fútbol iba su carácter. Enfadado con el mundo si fallaba una clara ocasión y feliz de dar ese último pase que hoy llaman asistencia (como en el baloncesto). Con Crusat en el campo todos eran mejores porque contaminaba con su idea ganadora, y ese ir a por todas que los entrenadores que lo dirigieron siempre destacaban. No había partidos amistosos para el catalán y peleaba hasta en los entrenamientos. Igual eso de dejarse la piel en el campo lo inventó otro, pero Crusat lo llevaba a gala. Se metía a la afición en el bolsillo desde el calentamiento y si marcaba gol ya se desataba la fiesta. Ojo con darle una patada o entrar con mala intención porque se iba a por el contrario y le enseñaba los dientes. Dentro y fuera del campo era un ganador y siempre en estado de alerta porque en el fútbol solo se fiaba de la pelota, y no siempre.
Trayectoria
Cuando el Almería subía a la Liga Profesional nadie se acordó de Crusat que era uno de los fijos en aquel Espanyol que tanto costó ganar en el viejo Juan Rojas. Aquellos periquitos de la cantera estaban tiernos, pero entre ello había un tal Crusat que posaba agachado el primero de izquierda a derecha. Del Espanyol saltó al Rayo para ser cedido al Lleida en el que cuajó una gran temporada y antes del volver a la barriada ya le había echado el ojo Paco Flores, porque veía en ese futbolista eso que no se entrena: la punta de velocidad y el descaro. Con Flores vino al Almería para dar un ascenso y cuatro Ligas de Primera donde jugó con todos los entrenadores (y mira que hubo), porque Alfonso García era de pluma fácil para firmar los finiquitos. El descenso a Segunda marcó su salida de la entidad porque le llegaron ofertas de clubes de la Premier y quería dar un nuevo salto y afrontar la recta final de su carrera con nuevas ilusiones. Nada fue igual lejos de Almería porque en esta ciudad donde reside, explotó como jugar y fue feliz dentro y fuera del campo. Como tantos otros de aquella generación irrepetible de jugadores, se marchó sin un homenaje del que había sido club de su vida.
Señor
Aquel día que salió de un Almería que podía fichar lo que le diera la gana para Segunda, con los dineros de la Liga, Crusat recogía sus bártulos y se marchó despidiéndose de todos. Unos le querían más después de compartir el camino y otros menos porque llegaron nuevos para subir a Primera. La taquilla era la misma que abrió por primera vez en el Mediterráneo aquel lejano 2005. Habían pasado 6 años de buen fútbol y la mayor racha en la élite de todos los tiempos. Todo había sido bueno, como aquel ascenso cuando volaban las botellas de cava de su amada Cataluña. Simplemente se marchaba un futbolista para esa taquilla pero para el utillero y para sus compañeros quedaba vacía una estancia donde se colgaba una camiseta sudada con honor y gloria por un señor del fútbol.
Legado
Con Crusat vivíamos mejor pero el descenso a Segunda marcó en final de su etapa por las ofertas para volar al fútbol inglés. Albert, siguió su camino, pero nada le hizo más feliz que volar por las bandas con un Almería que le dio galones para ser uno de los grandes de la historia rojiblanca.
Tony Fernández
Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a la SER en 1996. Antes, en RNE. Más de 40 años de experiencia...