Fútbol

La otra cara de Tony Fernández, el emperador de la información deportiva

Entrevista con el redactor jefe de LA VOZ y SER Almería

Tony Fernández. / Rafa Góngora

Tony Fernández.

SER Almería

Confesión de su puño y letra. “Cuando me pregunto qué hago aquí echo la vista atrás saliendo de mi casa de la calle Magistral Domínguez rumbo al colegio de don Miguel en la Plaza Marín. Y veo cosas. En la cabina del Ebro de mi padre o en el Pegaso de Moreno Alarcón, mi barrio de Los Ángeles y sus gentes. Nada me preocupa más que la gente sencilla. Yo nunca soñé con lo que quería ser de mayor y como decía mi madre: “Vives para los demás”. No he llegado solo, me ha ayudado mucha gente a crecer y he tenido el soporte de mi mujer y mis hijos que me han permitido trabajar más de 40 años sábados y domingos. No me arrepiento de lo que me he perdido y pienso en lo que siempre me preocupó en la vida: que a los míos no le faltase de nada. Ahora miro hacia abajo, porque ya queda menos y juego a otra cosa en el periodismo. Soy feliz porque mi trabajo me gusta y lamento no tener ahora 20 años, porque si me respetan las lesiones… no pienso colgar las botas. No soy presumido pero la vida me ha dado tres hijos que… y Dany y Paula, mis nietos que son dos hijos más. Se me saltan las lágrimas. Soy afortunado”.

Tony Curtis, Tony Leblanc, Tony Franciosa, figuras del celuloide. De usted Tony Fernández. ¿Qué dice la Wikipedia?

Siempre locutor de radio como pone en mi nómina. Un periodista de carrera me llamó intruso en Radio Juventud y desde ese día no quise ser como él. Doy noticias y soy Maestro Industrial en Electrónica. Luego se disculpó porque pensaba que al venir de un taller de coches… Tengo claro que de haber estudiado periodismo hubiese sido mejor profesional. Hoy me arrepiento de haber hecho solo deportes, en fin.

¿A usted le extraña que le haga una entrevista? A nuestro boss del periódico se la hacen cada Feria, je je.

No te lo vas a creer, pero igual es la tercera o cuarta que me hacen. Yo soy una persona muy sencilla, cuadriculada, con muchos defectos y que dice mentiras: como todo el mundo.

¿Cuántos años hace que no pisa un campo de fútbol para ver al Almería?

Muchos y es lo que más me gusta de mi profesión. He disfrutado por aquellas los campos de Tercera, muchos de tierra, y he radiado en el Santiago Bernabéu con la misma pasión. Qué bonito es radiar un partido. Hoy mi hijo Carlos me borra de un plumazo. Los que vienen detrás no te dan un respiro.

¿Recuerda a quién le hizo usted su primera entrevista estando en la radio? Perfectamente, en el campo del Seminario al entrenador del Pavía, Antonio Hernández 'Nono'. Ganó el Pavía 5-0 al Olula y se portó de maravilla. Jamás lo olvidaré. Qué nervios pasé.

Como periodista deportivo, ¿de quién no aprendió nada o casi nada?

He sido muy afortunado, hace unas semanas fui al cementerio a ver a José Miguel Fernández que me dio la alternativa, lo visito cada vez que voy. Tengo mucho de él, pero el descaro frente al micrófono me lo dio un tal José Ángel Pérez, un monstruo de la radio. Me hizo crecer mucho como locutor. Hoy aprendo de los que llegan, soy mejor alumno que profesor. No me llames periodista, solo ejerzo esta profesión con infinito cariño.

Me cuentan, Fernández, que usted haciendo radio quiere ser gracioso, pero no lo es.

Yo tengo las ‘caídas’ de mi tío Pepe Saberes y me gusta reír mucho, pero con el debido respeto. En la radio me muestro como soy. Lo que siempre evito es aburrir, que ya me dijo el ‘Pajarero’ y usted lo sabe: “Chaval, que aburres a las ovejas”. Y me levanté de aquello.

¿Los periodistas deportivos pueden ser amigos de los jugadores, directivos, entrenadores, etc… y no criticarlos?

No tengo más de cinco entrenadores amigos y con los futbolistas cuando empezaba era de su misma edad. Tengo más amigos futbolistas. Con los directivos la media distancia es lo mejor. No soy de pasar la mano por el lomo.

Me cuentan que el apartamento que tiene en Las Negras a dos metros de la playa se lo regaló un antiguo directivo del Almería.

A mí no me compran con dinero. Soy facilón. Con un ‘litrico’ de vino o un pan de Guadix doy carta blanca. Un día me dijo un presidente del Almería que le había llenado la barriga a un compañero de otra emisora y desde aquel día dejé de ir a las comidas.

¿Usted entiende que se paguen 40 o 50 millones de euros por un futbolista cuando hay millones de seres humanos que viven en la miseria?

Yo el fútbol de ahora no lo entiendo. Soy de los campos de tierra y del árbitro casero si el Almería juega en casa. He salido de los campos en un Land Rover de la Guardia Civil. No se lo diga a nadie, pero el fútbol de ahora no me gusta un pelo.

Dicen muchos que, en el mundo del fútbol, el más honrado es el balón. ¿Está de acuerdo?

No me fío ni de la pelota. He sido testigo de algunos arreglillos y he mirado para otro lado. Me da pena decirlo, pero un día viniendo de Melilla le confesé a un entrenador que le hicimos ‘la pirula’ y acabamos tan contentos. Cosas del fútbol.

¿Cuantas maldades del fútbol en Almería se ha callado?

Muchas. Me piden los compañeros que escriba un libro sobre la profesión y solo tengo el título ‘La Radio que me parió’ si lo escribo que lo publiquen cuando me muera que si no me matan. Si yo te contara...

¿Se atreve a señalar sin pasión quién ha sido el mejor futbolista del Almería del pasado siglo XX?

Yo cuando jugaba imitaba a Goros porque era el ‘9’ pero sentía pasión por Juan Rojas, Gregorio y Maxi cuando se fue al Oviedo, pero si me piden un futbolista de mi vida no tengo dudas: el inolvidable Juan Rojas Peña.

Si los presidentes no juegan, ni nada, ¿a usted le parece justo que los aficionados se metan con ellos cuando el equipo no marcha bien?

Los presidentes del Almería se merecen un monumento. La mayoría han puesto hasta su patrimonio personal para darnos fútbol y los hemos puesto como guiñapos. Yo el primero.

¿Qué personaje ha sido el más nefasto para el fútbol de Almería de todos los tiempos?

No ha sido un personaje. Fueron los diez años de guerra civil que vivimos entre las dos Almería cuando nos señalaban a los informadores si éramos del Poli o del Ceefe. Eso fue lo peor que he conocido.

Una pregunta capciosa. ¿No ha tenido nunca la tentación de venderse? O dicho de otro modo, ¿han querido comprarle muchas veces?

Nadie me ha querido comprar. Sí me han pedido que eche una mano y lo hice como almeriense, pero siempre he cobrado de las empresas donde he trabajado. El otro día me comentó Rafa Góngora que dicen que nos paga el Almería y le dije que, con 65 años, a uno solo le queda la salud y la dignidad.

Acabo, Fernández. ¿En cuántas respuestas me ha mentido?

Solo en dos. Hay dos respuestas que no son verdad. Adivine cuáles, pero no se fie por su olfato detectivesco, ya sabe que a veces las cosas no son como parecen.

 
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