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Opinión

Las llamas en la Cartuja, zona sin alma

El subdirector de Diario de Sevilla, Carlos Navarro Antolín, reflexiona sobre los recuerdos que provocó el fuego que afectó al auditorio Rocío Jurado en la noche del sábado

Carlos Navarro Antolín: Las llamas en la Cartuja, zona sin alma

Sevilla

Fuego en la Cartuja. El sábado revivimos por unos instantes el incendio del Pabellón de los Descubrimientos, el buque insignia de la Expo que nos quedamos sin disfrutar. Y también el fuego de Ecovol. Ardía el Auditorio Rocío Jurado que ella misma inauguró en el 92. Se envolvía en llamas a la misma hora que asistíamos en el Casino de Cazalla a una singular actuación de Laura Gallego.

Una artista en el recuerdo, otra que este mes celebrará sus 15 años en los escenarios con un concierto en Fibes el día 21. Las llamas nos hicieron revivir. Y comprobar, otra vez, que todo cambia, nada es definitivo. Se abren tiempos, se cierran otros. La Cartuja ya no es la del 92. Y pronto no se parecerá a la que debió ser. Debía ser un terreno para servicios avanzados y cada vez acoge más residencias de estudiantes y más negocios de hostelería.

El auditorio en llamas, Rocío en la memoria. La Cartuja sigue siendo una zona de la ciudad sin alma. Hay demasiado frío ambiental. Aunque visto como está el centro, tal vez acabemos viendo la Cartuja como una zona libre de excesos. El fuego nos ha hecho reflexionar, recordar, evocar. Las llamas nos invitan a los contrastes.