Ramón: "Estoy convencido de que lo mejor de mí no se ha visto y va a llegar"
El centrocampista del Málaga habló públicamente por primera vez tras su reaparición y se muestra confiado en que ayudará al equipo a subir el nivel
Ramón Enríquez / Enrique Aparicio Guerado
Málaga
Ramón Enríquez compareció ante los medios por primera vez tras volver a jugar al fútbol siete meses después de su último encuentro. El futbolista se mostró contento y relajado ya que se quitó un peso de encima dejando atrás los problemas físicos. Ramón actuó como capitán del Málaga representando al Club en un acto del patrocinador principal, Sabor a Málaga, celebrado en el recinto Eduardo Ocón del Paseo del Parque.
Volvió tras un largo periodo de inactividad. "Ha sido una época dura y complicada, pero todos los futbolistas pasan por procesos así. Más largos o más cortos. Lo bueno es que me siento bien y estoy muy feliz de estar con mis compañeros, en convocatoria y jugando. A mirar hacia adelante. A nivel colectivo es jodido porque teníamos muchas ganas de esta semana. Eran partidos interesantes que nos marcarían el corto plazo. A aprender de los errores. A nivel individual, contento por la vuelta y las buenas sensaicones. Era algo que me faltaba, el verme dentro. Que todo esté en su sitio y bien. Bastante feliz y a mirar hacia adelante. Todo bien por suerte a nivel físico. Venimos de una semana jodida porque eran dos partidos importantes y no sacamos ningún punto. Muchas ganas de domingo y de La Rosaleda, a por los tres puntos".
Capitán de la plantilla. «Sí. Llegué aquí con 11 años. He ido a ver muchos partidos y he sido recogepelotas. Viví muchos procesos del club. He visto a grandes capitanes como Luis Hernández o Adrián. Nunca me imaginaba que llegaría pero es un orgullo serlo".
Espera su mejor momento. «Estoy convencido de que lo mejor de mí no se ha visto y va a llegar. Estoy trabajando con todas mis ganas y empeño para que así sea".
Ramón Enríquez
Enrique Aparicio
En su infancia siempre andaba por casa usando...En su infancia siempre andaba por casa usando el mando de la tele como micrófono y organizando partidos con sus hermanos para transmitirlos por una radio imaginaria. Desde siempre estuvo pegado al transistor, hasta que un día se puso en el otro lado.