Eduardo Serrano, arquitecto del Parque del Oeste: "El festival es un choque y me preocupa que esta privatización se extienda por Málaga"

Málaga

Eduardo Serrano Muñoz (74 años) es el arquitecto autor del Parque del Oeste de Málaga. La polémica sobre la ocupación parcial de este espacio público para acoger, durante cinco meses, un festival de luces privado ha levantado el interés por conocer la opinión del artífice de este proyecto urbanístico inaugurado en 1992. Desde entonces nunca antes había sido invadido por una empresa privada para desarrollar un negocio con el visto bueno del Ayuntamiento de Málaga. El movimiento vecinal que defiende la recuperación de este espacio público ha provocado algo inusual: el rechazo a una actividad que solo se puede disfrutar previo pago de una entrada que cuesta entre15 y 20 euros por persona.

Serrano asegura, en una entrevista concedida a SER Málaga, que el evento supone "un choque ya que ha partido en dos la estructura del parque que ahora ha perdido todo el sentido. Se han puesto unos tablones negros que suponen un gran impacto visual. Todo ello se ha realizado sin contar con los vecinos". Pero al arquitecto le preocupa además que este tipo de espacios privatizas se sigan extendiendo. Pone como ejemplos los suelos donde se han levantado las torres de Martiricos, el proyecto de rascacielos en el puerto de Málaga, los previstos en los antiguos terrenos de Repsol o en La Térmica. La entrevista, al completo, se puede ya escuchar en la parte superior de esta información o leer a continuación.

Ampliar

Cerrar

¿Cómo recuerda la inauguración del Parque del Oeste en 1992?

"Había mucha ilusión e interés por una singularidad como esta. El proyecto se hizo bastante rápido -le fue encargado por el ayuntamiento en 1988- y la obra también porque se dispuso de financiación en los fondos que se destinaron en el año 1992 a dotar a las ciudades andaluzas con algún equipamiento o servicios que hiciera falta. En este caso el parque venía a resolver un claro déficit de zonas verdes en Málaga. La masa de vegetación es, en algunos puntos, bastante fuerte. Yo diría que su servicio más bien es el de proporcionar un espacio relajado, diferente al que del propio tejido urbano denso, lleno de tráfico, con pocos equipamientos de cierta calidad, etc,.. que lo rodean. Yo el tema 'verde' lo sitúo quizás más en el futuro. Los parques, y sobre todo los recintos urbanos, pueden y deberían ser laboratorios de experimentación, de prueba, con la participación activa de los vecinos y vecinas en cuanto a ir preparándose para el problema que va a suponer el cambio climático. Son los espacios dentro de la ciudad que mejor preparados están para esa finalidad. También, obviamente, con los meses de calor ya hay una diferencia notable porque los parques son refugios térmicos que funcionan eficazmente. Hay muchas expectativas, y muchas esperanzas dispuestas, en estas zonas que deberían ser protagonizadas por las personas".

¿Qué valor tiene, desde su punto de vista, el Parque del Oeste de Málaga?

Únete al canal de WhatsApp de la SER

"Es un espacio muy utilizado. Lo usa muchísima gente de una manera muy libre, disfrutando, y eso es para mí el mejor resultado que podría haber tenido mi modesta contribución con el proyecto. Por lo tanto, al ser tan utilizado y al estar tan próximo de una población importante lo hace también muy querido. El que ese espacio sea habitual, vivo como espacio verde, como si fuera un sujeto, un compañero de la persona en el sentido más amable y atractivo, creo que es una cosa que se debe dar a conocer, respetar y defender".

¿Cómo valora el festival de luces que se ha situado en este espacio público?

"Lo valoro como un choque. Efectivamente privatiza una parte muy importante del parque. Se ha dispuesto, además, un vallado, una separación, un cierre muy opaco y muy feo. Su impacto visual es notable y, sobre todo, desordena lo que es la estructura del parque. Lo fragmenta en dos pedazos. Cada uno de ellos no tiene suficiencia en cuanto a hacer el servicio que antes tenía el parque entero. Ha sido decidido y promocionado bastante a espaldas de los vecinos. Hay muchas cosas relacionadas con esto que me preocupan bastante: sobre todo que este tipo de actividades vayan a más y que espacios notables paisajísticamente de Málaga. y también desde el punto de vista del territorio urbano, pues se convierten, con mayor frecuencia, en espacios acotados por privados para su explotación como un negocio. Me refiero, por ejemplo, al impacto que va a suponer la torre del puerto; o lo que ya ocurre con las torres de Martíricos, igual que pasará en los antiguos terrenos de Repsol. Es una manera de apropiarse de espacios de una gran calidad, y con grandes ventajas desde el punto de vista de la ciudad, de la estructura de Málaga, y privatizarlas en beneficio de una población que puede pagar estos equipamientos, esas viviendas u hoteles".

Ampliar

Cerrar

Autorizar ese festival por parte del ayuntamiento, ¿usted considera que ha sido un error?

"No sé si es un error. Hay una componente aquí de interés en cuanto a que el Ayuntamiento también participe de las rentas de esta actuación. Y me refiero al canon que se percibe. Hay un elemento de interés propio, pero por parte de la política concreta de este consistorio y de otras muchas ciudades, probablemente la mayoría en las grandes capitales españolas, de lo que es la traducción en ganancias económicas que supuestamente compensan el problema que se ocasiona a costa de sacrificar un parque o un paisaje. Hay siempre en estas actuaciones una afección lastimosa y que parece que no se tiene en cuenta. Lo que tiene interés es el número, la cifra económica y otros bienes como son, en este caso, el valor paisajístico y que son marginados".

Ampliar

Cerrar

¿Le preocupa que esta privatización de espacios públicos pueda llegar a más zonas de la ciudad?

"Son espacios disponibles, espacios gratos, conocidos por parte de la ciudadanía, y eso que lo estamos viendo, no es que sea un anuncio de algo imposible. El centro de la ciudad sufre el mismo problema: un espacio que ha sido mejorado notablemente con fondos europeos, se ha peatonalizado, se ha invertido mucho dinero, y ese espacio ha sido capturado. Es prácticamente es el mismo fenómeno. El problema del turismo es la implantación de un negocio difuso, territorialmente extenso y creciente, a costa de la vida de la población. Hay un éxodo, una expulsión, en este caso ya conocida y cuantificada, del impacto que está ocasionando en el centro. Pero es que además empieza a hacerse notable ya también en la parte Este de Málaga, en barrios como Pedregalejo, y sobre todo en El Palo. Sin olvidar que también ocurre en el propio entorno del Parque del Oeste".

Ampliar

Cerrar

Respecto al nuevo urbanismo que se extiende por Málaga ¿Cómo valora las torres que ya vemos y las proyectadas?

"A ver en principio un edificio alto, un rascacielos, no tiene por qué generar rechazo. Depende de dónde se coloque, y ese es el problema. Se tiende a poner en los lugares en los que tiene el territorio más valor en cuanto a la propiedad común. No digo valor contante y sonante, pero se traduce inevitablemente en eso, en las rentas del suelo, el beneficio económico. Luego, el que estén resueltos de una manera más o menos afortunada desde el punto de vista de su cualidad arquitectónica en principio me parece secundario. Pongo como ejemplo el hotel situado a orillas del río Guadalmedina. El que hizo el arquitecto Rafael Moneo, que es un gran arquitecto, pero el impacto de ese hotel es mucho más notable en lo social, e incluso lo demográfico del centro de la ciudad, que su importancia más o menos agraciada desde el punto de vista arquitectónico. El aspecto, hay que tenerlo en cuanta, es como una imagen, una metáfora de lo que pasa con la vida de la gente".

Sobre esa proliferación de viviendas turísticas en Málaga ¿Cómo valora ese impacto que los pisos turísticos está generando?

"Es la avanzadilla de un anuncio sobre algo que todavía puede ser más grave. Ahora mismo hay muchas viviendas nuevas que las están comprando personas que vienen a Málaga a trabajar o que las adquieren como segundas residencias. Cuando ese fenómeno baje, toda la política municipal se va a centrar en dar uso turístico a esos pisos de nueva construcción. Ya no será solo para turistas que vengan en verano, será durante todo el año. Si no se controla eso desde ya, va a ser un fenómeno que se va a acrecentar con muchas consecuencias".