Toreo de salón por el centenario del Puente de San Bernardo
La actividad, dirigida por Dávila Miura, tendrá lugar este sábado 14 de diciembre a partir de las 17:00 horas en la Plazuela de San Bernardo
Sevilla
La Plazuela de San Bernardo acogerá este sábado, día 14 de diciembre, a partir de las 17:00 horas una sesión de toreo de salón para conmemorar el centenario del Puente de San Bernardo. La actividad, organizada por el club deportivo Triaca, el Club de Aficionados Prácticos y el Ayuntamiento de Sevilla, estará dirigida por el diestro y comentarista taurino en radio Sevilla Eduardo Dávila Miura.
Y es que, si en Sevilla hay dos barrios que puedan presumir de toreros al tiempo que están íntimamente ligados a sus respectivas hermandades esos son San Bernardo -por su cercanía con el antiguo matadero y por ser allí donde Joselito El gallo levantó la Plaza Monumental de Sevilla- y el Baratillo -cercana en este caso a la Plaza de Toros de la Real Maestranza-. La cofradía del Cristo de la Salud y la Virgen del Refugio huele a torero por sus cuatro costados, desde los insignes matadores que a lo largo de sus casi tres siglos de historia han pasado por sus filas –es conocida por ello como la hermandad de los toreros– hasta los alamares de un vestido de torear que cuelgan sobre los faldones del paso de palio. De los primeros merece mención aparte Francisco Arjona “Cúchares” que dio su nombre al arte del toreo al tiempo que fue hermano mayor de la cofradía de su barrio. Fallecido en La Habana (Cuba) en 1868, sus restos mortales fueron trasladados más tarde a Sevilla y hoy reposan en la misma parroquia de San Bernardo a las plantas del Cristo de la Salud. También fueron o son hermanos de la cofradía torera Joaquín Rodríguez “Costillares”, quien junto a Pepe-Hillo y Pedro Romero, conformó la primera terna de poder y rivalidad en la historia del toreo allá por el siglo XVIII; los hermanos Vázquez, Pepe Luís y Manolo, llegando este último a ser hermano mayor, y otros como el maestro Diego Puerta –Diego Valor– y los Bienvenida, Manolo y Pepe, nombrados hermanos mayores honorarios por la corporación del Miércoles Santo.
El Puente de San Bernardo
El Puente de San Bernardo de Sevilla –también conocido como puente de los bomberos– se encuentra situado en el barrio de San Bernardo, en la calle Demetrio de los Ríos, sobre una de las antiguas vías de salida de la Sevilla intramuros cruzando la Puerta de la Carne.
Este puente se construyó según un proyecto creado en el año 1924 conjuntamente por el arquitecto sevillano Juan Talavera y Heredia y el ingeniero José Luis de Casso Romero.
Constituye el único ejemplar existente de los tres puentes que se construyeron en la Sevilla de la época para salvar las vías del ferrocarril, que por entonces dividían en dos partes la ciudad a causa de su trazado, ya que, al contrario de los citados puentes de la Enramadilla y de la Calzada, éste presentaba interés arquitectónico.
Su constitución fue remodelada en el año 1992, cuando fue sustituido todo su sistema estructural por una serie de vigas pretensadas de gran peralte, manteniéndose en todo caso sus elementos más singulares como son las garitas, los pretiles y las escaleras laterales.
El puente está construido a base de una estructura de hormigón armado, un material por entonces novedoso, con enormes posibilidades y muy resistente, que pudo ser aplicado para la ocasión gracias a los conocimientos que de él poseía el citado ingeniero.
Uno de los aspectos que más destacan de él a primera vista es su condición de ser un elemento muy urbano, muy bien integrado en su entorno; lo que se consigue gracias a la aplicación de un trabajo detallado y bien realizado en el uso del ladrillo tallado, así como en el diseño de los vistosos elementos singulares que dispone a lo largo de todo su recorrido.
Entre estos elementos singulares es preciso destacar las airosas garitas superiores que conectan las escaleras de acceso con las aceras peatonales del puente, los elementos piramidales prefabricados de coronación con que se rematan los pretiles, las farolas de forja que se alinean a lo largo de su trazado y las propias escaleras que a ambos lados del puente se tienden para su acceso desde el barrio de San Bernardo y su zona comercial situado próximo a él.
Con un fuerte sabor neobarroco en su decoración, la imagen estética de este puente es hoy uno de los elementos más consolidados del barrio, así como un buen ejemplo de solución de un clásico tema urbano mediante la colaboración entre disciplinas a veces tan distantes como son la arquitectura y la ingeniería.