Beneficiar a la Universidad privada matando a la pública

Córdoba

Una plaga de langostas campa sobre la Universidad pública andaluza. Hace unos años esta misma plaga comenzó a devorar la sanidad pública, igual que hizo lo propio con la educación pública y, más tarde, con la formación profesional. Ahora, esta plaga, cómo un cáncer, extiende sus tentáculos sobre la educación superior, esa esencial para acceder al empleo cualificado, esa educación que posibilita la movilidad cual ascensor social.

Es una plaga que llega a los campus universitarios bajo el mantra de la libertad educativa. ¡Hay que reírse, de verdad que hay que reírse, señores y señoras del Partido Popular! Como si la privatización de la sanidad pública hubiera logrado mejorar los servicios sanitarios en Andalucía. ¡No se lo creen ni ustedes mismos! Todo al contrario: listas de espera cada más largas y dilatadas en el tiempo y especialidades y centros de salud desmantelados en los pueblos.

Detrás del mantra de la libertad educativa solo hay un insulto a la inteligencia colectiva. Un fraude en toda regla. Lo suyo no es ideología, es mercado y, detrás del mercado, lucro privado. Los favores que ustedes hacen a la privada solo se lo hacen a ustedes mismos, porque les deben los favores quienes los reciben. La financiación de su partido depende de los favores que hicieron a las sociedades y multinacionales que hay detrás de la sanidad privada y de la educación privada. Los puestos de trabajo a dedo que conseguirán sus familiares en las Universidades privadas como profesores y en su consejo de administración se los deben a ellos, como les deben los que consiguen en clínicas y hospitales privados y centros educativos y formación profesional privada. Porque ellos y nadie más les deben el favor de destrozar los servicios públicos.

En esta vuelta de tuerca, es una desvergüenza de tal magnitud estrangular a la Universidad pública reduciéndole en casi 90 millones de euros el Capítulo 1, ese capítulo con el que se financia el mantenimiento del profesorado y los servicios básicos, además de no querer pagarle la deuda que mantiene con las universidad públicas andaluzas, que es muestra ineludible de su descaro por querer beneficiar a la privada matando a la pública.