Las nuevas tecnologías mejoran la producción agrícola en España
Pese a que España es más conocida por su robusto sector turístico, lo cierto es que la industria agrícola en nuestro país también tiene un gran peso en la economía nacional. Desde las olivas y las uvas hasta el trigo y los cítricos, España es un país de mucho campo que no solo es capaz de producir para su propio consumo, sino que también exporta una gran cantidad de alimentos al resto de Europa.
Para poder mantener el ritmo de la industria, sin embargo, se hace necesario continuar invirtiendo en nuevas tecnologías para adaptar el sector agrícola al siglo XXI. Ya no es suficiente con tractores y segadoras, sino que se hace necesario incursionar en tecnologías como las energías renovables, el análisis químico, el reaprovechamiento del agua e incluso la hidroponía, sobre todo ahora que el cambio climático está impactando cada vez más en nuestro país.
Estas son algunas de las principales mejoras tecnológicas que se están implementando en las plantaciones agrícolas españolas para mejorar su producción y resistir el calentamiento global.
Análisis químico
Esto permite que los cultivos sean mucho más ricos en nutrientes, pero el análisis químico puede ir mucho más allá. Se emplea regularmente para analizar los frutos más nutritivos y seleccionarlos para sembrar mejores variedades que permitan al productor destacarse en los mercados. España tiene que competir con plantaciones de alto rendimiento de toda Europa, así que la mejora de los cultivos debe ser continua.
Hidroponía
Las regiones más áridas del país enfrentan toda una serie de dificultades climáticas, comenzando por la falta de lluvias… o su exceso, cuando llegan en forma de lluvias torrenciales. Lo hemos visto con la reciente DANA en Valencia, un fenómeno que seguramente no será aislado, y que veremos con más frecuencia en los próximos años. Esto hace que los agricultores tengan que buscar nuevas soluciones para garantizar la producción de sus cultivos.
La hidroponía es una de estas soluciones. Mediante este sistema no es necesario el sustrato, porque los cultivos crecen directamente en el agua. Esta agua lleva los nutrientes esenciales para cada cultivo, que además se encuentran en circulación para que no se pierdan. Los cultivos hidropónicos también se pueden instalar en múltiples niveles, de manera que la producción es mucho mayor que mediante el cultivo horizontal.
Energía fotovoltaica
Las plantaciones agrícolas ocupan una gran cantidad de metros cuadrados que, con frecuencia, no se aprovechan todo lo que se debería. La instalación de paneles fotovoltaicos en los tejados de las instalaciones, en los parasoles de los estacionamientos e incluso a lo largo de la zona de cultivo permite a los productores captar una gran cantidad de energía eléctrica directamente del Sol, reduciendo así su factura de la luz.
Esto es especialmente útil cuando se combina con el uso de maquinaria eléctrica para el cultivo. Los tractores o cosechadoras con motores eléctricos pueden aumentar este ahorro todavía más, sobre todo cuando se producen aumentos puntuales en el costo del diésel. Ante la mayor incertidumbre económica a la que estamos asistiendo, contar con un suministro de energía permanente en la propia granja supone una ayuda invaluable.
Integración de instalaciones
Aproximar a las granjas las instalaciones de procesamiento y envasado de alimentos también se traduce en una considerable reducción de costos. Se evitan fundamentalmente los gastos del transporte entre las áreas de cultivo y de procesamiento, y además se permite aprovechar la energía eléctrica cosechada por las placas fotovoltaicas para toda la maquinaria de este tipo de plantas de producción, así como para las oficinas administrativas.
Y no solo eso. Los restos de los alimentos que hayan sido descartados tras su procesamiento y envasado quedarán almacenados en la propia granja, con lo que pueden ser reprocesados y reutilizados de forma casi inmediata en forma de fertilizante. Esto no solo permite ahorrar en los costos del transporte de vuelta de esos restos, sino que también se traduce en un ahorro considerable en la compra de fertilizantes industriales.
