Zambombalandia
La zambomba es una fiesta flamenca declarada Bien de Interés Cultural (BIC) que las administraciones con un mínimo de visión deben proteger
La Columna de Ana Huguet (16/12/24)
Sevilla
Puede que hayan escuchado que las zambombas de Jerez no son lo que eran. Puede que hayan leído que se han deteriorado y desnaturalizado. Puede que les haya llegado que han perdido la esencia por una excesiva profesionalización. Puede que le hayan contado que han derivado en un espectáculo menos participativo que dura lo que marca un contrato. E incluso, pueden haber oído que han degenerado, en algunos casos, en un botellón. Y aunque nada de esto que han leído u oído es incierto, sigue existiendo la zambomba real, evolucionada, pero auténtica. Esa en la que suenan sin parar villancicos flamencos, tradicionales o satíricos; en la que baila todo aquel a quien se lo pide el cuerpo; en la que se bebe oloroso para acompañar una buena berza; esa en la que nunca falta el instrumento que da nombre a la fiesta; esas que se suceden desde el mediodía y te llevan hasta la madrugada. Las hay públicas y privadas; diurnas y nocturnas; a cubierto y a la intemperie; de pequeño formato y multitudinarias.
La zambomba es una fiesta flamenca declarada Bien de Interés Cultural (BIC) que las administraciones con un mínimo de visión deben proteger. Pueden empezar por no identificar e incluso promocionar como Zambomba lo que no lo es; y pueden seguir por respetar su fecha de celebración para que, al menos, no pierdan su razón de ser.
Los gobernantes tienen dos opciones: apostar todo a hacer caja mientras se pueda o elegir el camino de ganar menos para que esta fiesta jerezana dure más en el tiempo.
Posdata. Hasta la Nochebuena quedan ocho días de Zambombas en Jerez. Vengan y busquen las auténticas. Las van a encontrar en algunas hermandades y peñas. No se las pierdan. No hay una Navidad como la de Jerez.