Hay personas que nacen en la cara amable del mundo.
El comentario de Lola Fernández.
El comentario de Lola Fernández.
03:08
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1734434735273/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Morón de la Frontera.
Hace poco leí que unos padres habían recibido un premio en una cadena de radio, este premio se llama “Por un mundo mejor” y su historia me causo gran admiración.
Estas personas son José y Leo y tienen una asociación llamada “Los chicos de José y Leo” ésta es más que una asociación, es una gran familia que ofrece apoyo a más de 40 familias en situación de vulnerabilidad en Madrid.
Ellos abrieron su casa a chicas y chicos que encontraron en ellos refugio, hogar y apoyo incondicional.
Todo empezó en 2014, con la petición de ayuda de una vecina de origen chino, madre de un niño al que no podía asistir con los deberes debido a la barrera del idioma y ahí empezó lo que, en un acto de solidaridad con una familia, rápidamente se transformó en una red de apoyo para muchas más.
Al principio, la asociación proporcionaba apoyo escolar, recogida de menores del colegio y actividades de ocio. Con el tiempo, las familias empezaron a solicitar ayuda también en la gestión de trámites burocráticos y en tareas cotidianas como acompañar a los niños a consultas médicas.
Así, 'Las Chicas y chicos de José y Leo' fue ampliando su ayuda, ofreciendo no solo apoyo en el cuidado diario de los menores, sino también asesoramiento y acompañamiento en los desafíos que enfrentan las familias, especialmente aquellas de origen inmigrante.
Llevan 12 años trabajando con más de 90 niños y su trabajo es un ejemplo de cómo la solidaridad y la colaboración comunitaria pueden hacer frente a las dificultades que muchas familias enfrentan en su día a día, ofreciendo apoyo, esperanza y un futuro más igualitario.
Gracias a estas iniciativas nos reconciliamos con el ser humano y con la vida misma.
Y esto en Morón lo sabemos y me enorgullece pensar que también los hay aquí, personas solidarias que piensan en los demás.
Como por ejemplo el ya instituido gesto solidario del inmenso brazo de gitano que la Panadería Parilla monta en el Pozo Nuevo, con el que se recauda fondos para la Asociación APADIS, para aquellas personas que necesitan un poco más de nuestro apoyo.
Y que este año ha visto recompensado con la meta en los metros alcanzados, más metros, más ayuda.
Y como también con los 70 palés de comida enviadas a las zonas más afectadas por la DANA del pasado octubre. Un aporte solidario que ha paliado la necesidad de otras tantas familias.
Y tantas otras obras buenas como buenas personas que existen en el mundo.
Con las manos libres y el corazón abierto.
Donde todas estas iniciativas solidarias nacen en la ayuda, en la empatía, en la generosidad, entrega y en buscar facilitadores en la vida.
Porque hay personas que nacen en la cara buena del mundo.
Y termino con una frase de Eduardo Galeano que dice:
“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”