Mezquitas funerarias malagueñas, un patrimonio único en el mundo

Málaga

A partir del siglo X en la Málaga del Al-Andalus se empezó a construir un cementerio en las las faldas del monte de Gibralfaro, el cementerio de Yabal Faruh. Este espacio se convirtió con el tiempo en el más extenso de la península ibérica, abarcando desde la plaza de los Monos, hasta El Ejido y la plaza de la Merced. Por eso a nadie le extrañó cuando en 1991, en el número 22 de la calle Agua, tras tirar unas viejas casas para construir un nuevo edificio se encontraron restos del cementerio. Lo que los investigadores no esperaban fue encontrar algo único, unos elementos arquitectónicos prohibidos en el Corán de los que no se conocen nada parecido en el resto del mundo musulmán.

En el Islam los enterramientos son muy sobrios. Siempre en tierra, individuales y sin nada de ostentación. A lo sumo se permite algún pequeño mausoleo para algún santo, sin cubiertas y con ornamentos geométricos de estuco. En este yacimiento arqueológico hay uno, pero además hay dos edificaciones casi cuadradas, con muros de un metro de alto, sin puertas. Tiene muro de quibla y mihrab, elementos solo presentes en las mezquitas. No hay patio ni lavabos de abluciones, un elemento cuadrado y cerrado con muro dirigido a la Meca para la oración. Un patrimonio único que hace algo más de un año se abrió por primera vez al público.

Nuestro cronista cultural Jose Mateos nos ha presentado este patrimonio que tiene la máxima protección BIC arqueológico en el momento actual de tal modo que solo se puede visitar en pequeños grupos y con personal de conservación. Solo se han encontrado un par de mezquitas funerarias similares y también han sido en Málaga. Un patrimonio excepcional y único que cualquier malagueño debería conocer.