Este domingo toca pollo

Bajando del Cerro de San Cristóbal que ha quedado de lujo, me volví a encontrar con los pollos asados de los ochenta. De mis comienzos en Radio Juventud cuando el domingo a primera hora hacía el encargo y a mediodía con sus patatas y todo. El partido de la mañana con José Miguel Fernández y mi mujer con sus padres dando una vuelta hasta la hora de la comida. Luego, vinieron los niños que a la pregunta de lo que querían comer saltaban al grito de “un pollo” y el chivato de encargarlo a primera hora o llegar con las prisas estaba en los ‘arreos’ del pollo. Si no lo encargabas te quedabas sin patatas y te echaban verduras, guisantes la mayoría de las veces que: “a los niños no les gusta” y se los comía el padre con las alas.

Los que fuimos ‘domingueros’ de toda la vida con la tortilla de patatas en la fiambrera para tomar el sol de invierno y volver a casa para el almuerzo, ya de mayores y casados asistimos a la llegada de los pollos que eran más grandes por la mañana que a mediodía, y solucionaban la comida de los domingos. Confieso que yo siempre he sido del arroz de mi suegra: qué bueno.

Super Pollo

Antes de los ochenta ya había pollos en Almería pero la explosión llegó en esta década cuando las familias con niños pequeños y poco tiempo para cocinar buscaron ‘asilo político’ en aquellos establecimientos que iban dando de comer el rico pollo al ast. Los primeros que recuerdo los despachaba un señor encantador que no recuerdo su nombre. Salía a la puerta y por la ventanilla de mi Renault 18 gris metalizado le hacía el encargo y matizaba las patatas fritas. No teníamos tiempo porque venía detrás otro coche y otro y... Cuando volvía de la radio tocaba el pito y salía con los pollos y procuraba llevar la cantidad exacta para que no me formaran un pitorreo. Así la mayoría de los domingos cuando los niños desafiaban el arroz de la abuela al que yo rendía pleitesía. La calle Antonio Vico los domingos era un día de partido por el ambiente que se generaba cuando no había las casas de comidas para llevar que hoy están tan de moda. Mi amigo siempre me reservaba patatas fritas ‘extra’ y solo cuando se me olvidaba hacer el encargo tenía que cargar con la pesada cruz de los temidos guisantes. Si, era el Super Pollo.

ZEUS

Su apertura fue la ‘bomba’ en la calle Santiago donde los pisos de Nueva Andalucía muy poblados buscaron sus pollos haciendo largas colas. Los tenía cinco duros más baratos cuando abrió sus puertas y tenía una buena gama de guarniciones y ‘litronas’ que en aquel tiempo fresquitas en verano eran una delicia. Recuerdo acabar el desayuno y bajar a encargar los pollos con un señor joven con los pelos como púas sudando la gota gorda. Los dejaba pagados y todo. Luego a trabajar que tenía partidos por la mañana y por la tarde y nos juntábamos en el piso al calor del pollo que repartía mi mujer por edades (de los niños). Yo los miraba mojando ‘el caldico’ que decía Carlos, mientras que mi Copy tan formal con la pechuga. María no había nacido todavía. Hoy las nuevas generaciones no renuncian a los sabores del ZEUS y mientras desayunan en el Roypa se dejan encargado el pollo porque luego a mediodía se monta el ‘pollo’ con las colas de los rezagados que no repararon en valorar la calidad de un establecimiento que está tal cual abría sus puertas en los ochenta, y se ha sabido adaptar a los tiempos y las casas de comidas no le hacen ‘pupa’ a su distinguida clientela. Sigue fuerte.

San Juan

Hubo domingos que no había forma de conseguir un pollo en la calle Antonio Vico ni en el ZEUS por lo que había que utilizar ‘el comodín’ de Pollos San Juan en un edificio que hacía esquina en la Avenida Cabo de Gata. Allí no faltaban y más de una vez logramos salvar la comida de los domingos. Creo recordar que allí no había debate sobre la guarnición porque llevaban patatas y verduras todos. Siguen abiertos en el barrio de Regiones muy cerca de ZEUS. No les puedo asegurar que sea la misma propiedad pero se llama igual y venden pollos por lo que nos vale para esta historia. El olor a pollo delata que llevan tiempo en el oficio y a primera hora del pasado 24 estaban haciendo la lista de clientes para Nochebuena. Ahora los pollos están en los mercadillos y ‘carromatos’ a las puertas de los pueblos. Hoy te puedes comer un plato de trigo, migas o paella en las casas de comidas, muchas y buenas, pero donde se ponga un pollo...

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Ya lo saben, este domingo toca pollo.