Navidad sin envoltorios

Sevilla

Mucho se habla de los días entre fiestas, los que transcurren entre el Domingo de Resurrección y el comienzo de la Feria. Y poco de los actuales de las presentes pascuas: entre Navidad y Año Nuevo, y entre Año Nuevo y Reyes. Son días con su encanto especial y con sus tabarras particulares. Son jornadas para almuerzos con amigos, pues los de empresa se celebraron antes del 24. Los que pueden, esquían. Los que no, culebrean en calles atestadas de un público que parece caminar sin ruta. Y muchos, muchísimos, difunden fotos de mesas con menús opíparos y gente que posa abrazada. Parecemos no tener fin a la hora de yantar. No hay pausa hasta la cuesta de enero. Y ya vendrá febrero para echar el freno de mano antes del estallido de la primavera.

Quizás lo peor de estos días son las colas para envolver regalos. O que te den el papel directamente para el “hágalo usted mismo”. A los reyes hay que pedirles los regalos sin envolver. Porque, en el fondo, es mejor amanecer el día 6 y ver directamente bajo el árbol los presentes dispuestos sin envoltorios que los camuflen. ¿O no? ¿Qué imagen se nos ha quedado de las mañanas de Epifanía de nuestra infancia? ¿El impacto de una hermosa caja con lazo o directamente la de frotarnos los ojos al comprobar por los cristales de la puerta del salón que están el Scaletrix, la consola o el balón de fútbol oficial? No envuelvan, ahorren tiempo, eviten colas y paseen mejor sin rumbo y disfruten del especial encanto de los días laborables de la Navidad. Los envoltorios no son siempre recomendables. Pueden generar una frustración que no hay lazo dorado que compense. La verdad siempre es el mejor impacto.