El juego de la oca en versión hispalense
El subdirector de Diario de Sevilla, Carlos Navarro Antolín, reflexiona sobre el comienzo de un nuevo tiempo ordinario que debe ser productivo para la ciudad
El juego de la oca en versión hispalense
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Sevilla
El gazpacho de ambientes que hemos tenido en diciembre con turistas, procesiones de talla XXL en algún caso, luces de Navidad y espectáculos en el río ha tenido un colofón idóneo con la confusión que ha generado una cabalgata que ha salido el día cuatro. Todos los ritos particulares han sido alterados, incluso la fecha del primer descambio de un regalo, que para muchos se produjo la misma mañana de ayer.
Tiempos de confusión ambiental que deben cesar con la apertura del necesario período ordinario que nos ayude a centrar el foco en asuntos de la máxima importancia para los intereses de la ciudad: la negociación del presupuesto, el futuro del PSOE andaluz que celebra su congreso en febrero, la preparación de la temporada alta para un turismo que sigue creciente, la gran reforma urbanística de la Plaza Nueva o la velocidad en la ejecución de la segunda línea de Metro, por citar solo unos cuantos.
La ciudad necesita concentración en temas capitales y que se reduzca el ruido, en ocasiones ensordecedor, sobre polémicas improductivas. O al menos, que no se eternicen las polémicas, porque a veces saltamos de una a otra como en el juego de la oca en una particular versión hispalense.
Pareciera que le hemos cogido el gusto a la confusión ambiental, a la mezcla de ambientes, a prolongarlo todo sin que nada parezca tener fin. Aquello que sonaba en febrero del “ya es primavera” en los grandes almacenes se puede aplicar a muchos ámbitos. Ya es siempre todo… siempre que genere economía, claro. Tiremos los dados, que siga el juego. De oca a oca. ¿El presupuesto? Eso es cosa del Ayuntamiento… No de la ciudad.