El órgano de la Parroquia de Santa María Magdalena de Arahal

Arahal

Hoy he querido, ofrecer un nuevo comentario sobre la importancia de uno de los eventos que van a tener lugar este fin de semana en nuestra localidad. Me refiero a la bendición y la nueva puesta en funcionamiento del recién restaurado órgano de la parroquia de Santa María Magdalena, un verdadero tesoro patrimonial, que merece ser conocido y sobre todo difundido.

A mediados del siglo XVIII, El Arahal vivió una etapa clave de su historia, marcada por acontecimientos que dejaron una huella profunda en su patrimonio. Uno de los eventos más impactantes fue el terremoto de Lisboa de 1755, uno de los más devastadores de la historia. Aunque no hubo víctimas en la localidad, los daños materiales fueron considerables. Muchas viviendas resultaron gravemente afectadas y monumentos emblemáticos, como la capilla de la Vera Cruz, quedaron casi destruidos y otro evento significativo fue el proceso de construcción de la nueva capilla del Santo Cristo que había iniciado su proceso de construcción en 1746, siendo inaugurada en 1761, a falta de completar la terminación de su torre, que se finalizó en el 1773.

La iglesia parroquial de Santa María Magdalena, que ya mostraba signos de deterioro por el paso del tiempo, fue también una de las más perjudicadas por el seísmo. Sin embargo, en aquel momento, la idea de construir una nueva parroquia ni siquiera se contemplaba. Por eso, puede resultar sorprendente que, en ese contexto, se decidiera la instalación de un órgano en la iglesia, ante los problemas que había ocasionado el seísmo en la propia iglesia. Este hecho se entiende mejor al considerar el gran auge de la organería en Sevilla entre 1748 y 1776, un periodo que impulsó la modernización y homogeneización de los órganos en toda Andalucía occidental.

Es cierto que la iglesia arahalense tenía un gran peso dentro del arzobispado sevillano y se ubicaba en una localidad que se distinguía por su fuerte vocación espiritual y formativa y esa influencia del auge de la organería caló en la propia comunidad religiosa de Arahal, que en aquellos momentos tenía una población clerical muy amplia. Según el Catastro de Ensenada, en Arahal había 29 presbíteros y 75 clérigos y dominicas, distribuidos entre el hospital de la Misericordia y tres conventos: el de los franciscanos mínimos de Nuestra Señora de la Victoria, el de los franciscanos descalzos de San Roque y el de las dominicas en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario.

Ampliar

Cerrar

No se sabe con certeza de quién partió la idea y el encargo de la construcción del órgano. Es posible que hubiera sido la Casa de Osuna, ya que en ese momento, bajo el VIII Duque de Osuna, ejercía una gran influencia en la localidad y en la iglesia, incluso participando activamente en el nombramiento de presbíteros. También es factible que el encargo proviniera de un particular, dado que era común en esa época realizar donaciones para la parroquia, como la construcción de retablos o, en este caso, de un órgano. La iniciativa pudo haber surgido ante la posible demanda del entonces Cura Beneficiado y Vicario de las iglesias de la villa, don Diego Hilarión Sánchez de Sotomayor.

Durante este período, destacó la presencia de un importante organero español, originario de Antequera: Francisco Pérez de Valladolid. Ocupaba el cargo de Maestro Mayor de Fábricas del Arzobispado de Sevilla y tenía la responsabilidad de evaluar el estado de los órganos que se planeaba reparar o sustituir, además de supervisar la viabilidad de los proyectos presentados. Precisamente, fue él quien propuso la construcción del órgano de la iglesia parroquial de Santa María Magdalena de Arahal, tras la demanda de la propia iglesia arahalense.

Y fue precisamente este maestro organero de gran renombre en la época quien asumió la autoría del órgano. Su trabajo ha dejado una profunda huella en Sevilla y su provincia, donde restauró y construyó numerosos órganos, como los de la colegiata de Olivares, el monasterio del Santo Espíritu de Sevilla, la iglesia de Alcalá del Río y los templos de San Felipe de Carmona, Santiago de Utrera y San Juan de Écija. Además, fue el creador del órgano de Santa Ana de Triana, en Sevilla.

Además, en este proyecto participó otra figura clave: Victorino Casaus, natural de Paradas, quien diseñó la caja del órgano. Junto a sus hijos Francisco, Vicente y Bruno, dejó su seña de identidad en la arquitectura religiosa de la comarca, trabajando como tallista, carpintero y escultor en numerosas iglesias de Paradas, Marchena, La Puebla de Cazalla y Arahal.

Su obra, representativa de los estilos rococó y neoclásico, marcó la producción artística en Sevilla y su provincia durante el siglo XVIII, alcanzando su mayor esplendor a mediados de ese siglo. Entre sus trabajos documentados se encuentran los retablos de la iglesia parroquial de La Puebla de Cazalla, el retablo de la capilla del Santísimo Cristo de la Vera Cruz en la Hermandad de San Juan de Letrán de Paradas y la ornamentación de la capilla mayor de la iglesia parroquial de San Eutropio. También diseñó la caja del órgano de la iglesia de Santa María Magdalena de Arahal y la sillería del coro de la misma parroquia. [1]

La caja de este órgano es de estilo churrigueresco, realizada en el año 1757, colocado junto al altar , en tribuna alta, lado Epístola, un mueble de madera tallada, pintado en marrón oscuro. Presenta tallas de madeera con motivos florales y vegetales. Tiene 2 castillos y 3 torreones dobles, con una hilera de lengüetería en punta de lanza. El remate es una gruesa cornisa que discurre sobre la tubería de un lado al otro de la fachada, adquiriendo las más diversas formas: horizontal, oblicua, piramidal etc.

También obra suya, en la misma iglesia parroquial es la sillería del coro, fechada en el año 1769.

Tras su inauguración en el año 1760, una de las primeras ocasiones en las que el órgano se hizo escuchar fue en un evento muy especial para la comunidad. En la tarde del 31 de mayo de 1761, durante la procesión del traslado del Santo Cristo de la Misericordia a su nueva capilla, el sonido del recién inaugurado instrumento acompañó la solemne salida del Señor de Arahal hacia su nueva capilla. Este acontecimiento reunió a numerosas figuras civiles y eclesiásticas, como el mayordomo de la Hermandad, don Francisco Laína y Pernía, los alcaldes ordinarios don Fernando Laína y Pernía y don Alonso Posaelas, el corregidor don Antonio Thomás Herrera y el escribano público don Pedro Galindo. Por parte de la iglesia, participaron el vicario de las iglesias de El Arahal, don Diego Hilarión Sánchez de Sotomayor, cinco presbíteros, cuarenta ordenados in sacris y veintiocho clérigos menores, además de miembros de las congregaciones franciscanas y de otras hermandades.

Ampliar

Cerrar

Años después, con la llegada del IX Duque de Osuna, don Pedro de Alcántara Téllez-Girón, se impulsó la construcción de una nueva iglesia parroquial. Las obras comenzaron en 1785, trasladándose la sede parroquial temporalmente a la iglesia del Santo Cristo hasta la finalización del nuevo templo en 1800. Esta nueva iglesia, diseñada por el arquitecto Lucas Cintora, de estilo neoclásico, sustituyó a la anterior.

El órgano de la parroquia, una pieza invaluable del patrimonio musical y cultural de la región, fue recolocado en un lugar privilegiado para optimizar su sonoridad, situándose nuevamente en el lado de la Epístola, en una tribuna alta. Sin embargo, a lo largo de sus 265 años de historia, ha sufrido diversas modificaciones y largos períodos de inactividad, especialmente en las últimas décadas.

El musicólogo José Enrique Ayarra, en su obra Órganos en la provincia de Sevilla, destaca su depurada técnica y sus características singulares: cuenta con aproximadamente 600 tubos, 49 registros manuales y un sistema de fuelles que se acciona mediante un teclado y un pedalero, lo que lo convierte en uno de los órganos más grandes fabricados por Francisco Pérez de Valladolid.

A lo largo del tiempo, ha habido diversas intervenciones para su conservación, siendo especialmente significativa la labor de la familia Godino. Desde principios del siglo XX, esta familia ha estado vinculada al mantenimiento del órgano. Don Luis Paulino Godino, organista de la parroquia, no solo lo tocaba, sino que también se encargaba de su conservación. Su hijo Antonio continuó con la tarea, pero con el tiempo, los constantes arreglos y la falta de recursos hicieron inviable su reparación.

En el interior del órgano, se encuentran inscripciones que documentan sus restauraciones. En el arca de viento derecha, aparece escrito el nombre de Domingo Florenzano, un destacado restaurador y constructor de órganos de finales del siglo XIX y principios del XX, quien intervino en enero de 1904. En el arca de viento izquierda, una anotación de 1919 indica: "Lo compuso Luis Godino, organista de Puebla de Cazalla, 1º de marzo de 1919". Más adelante, en 1941, otra inscripción señala: "Lo arreglaron Luis y Antonio Godino, año 1941. Año del hambre". En esa última intervención, debido a la escasez de materiales tras la Guerra Civil, se recurrió a piezas procedentes del órgano de la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, que había quedado inutilizado.

Este órgano, testigo de la historia y de la vida religiosa de Arahal, sigue siendo una joya del patrimonio musical andaluz, a la espera de su nueva puesta en funcionamiento, tras su restauración para devolverle todo su esplendor.

Un gran acontecimiento que ha sido posible gracias a la parroquia de Santa María Magdalena, representada en su párroco, por su constante afán emprendedor en este objetivo, apoyado en todo momento por el Ayuntamiento de la localidad que ha apostado fuerte para la recuperación de este gran patrimonio, así como por la ciudadanía de la localidad que ha participado activamente en todos los actos que se han organizado para recaudar fondos para este proyecto. Muchas gracias a todos por vuestra colaboración.

"Con esta restauración, honramos la historia y garantizamos que futuras generaciones continúen disfrutando de su belleza y majestuosidad."

[1] CABELLO NÚÑEZ, José “ Nuevas Obras documentadas e inéditas de José Victorino y Francisco Casaur, maestros escultores y tallistas de Paradas, para la Iglesia Parroquial de la Puebla de Cazalla” Pp 157-172 Anuario Estudios Locales . ASCIL. 2.022