La vivienda y el ‘síndrome del Guadiana’
Saltamos tanto de asunto en asunto que hasta las cuestiones más trascendentales desaparecen de la escena pública mucho antes incluso de que las hayamos abordado realmente

La Columna de Juan Carlos Blanco (12/03/25)
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Sevilla
Saltamos tanto de asunto en asunto que hasta las cuestiones más trascendentales desaparecen de la escena pública mucho antes incluso de que las hayamos abordado realmente. Los estragos de una DANA tapan los de la DANA anterior y así con todo: ya sea cuando hablamos de las pensiones, del salario mínimo, de la inmigración, de la sequía, de las lluvias, de la amnistía y hasta del dinero que tenemos que gastarnos en Defensa para que Rusia no nos siga dando tanto miedo.
Uno de los asuntos más sangrantes que aparecen y desaparecen como el Guadiana cuando coge camino de Huelva es el de la vivienda. Hace dos meses, todos los partidos y todos los gobiernos asumían que era necesario un gran pacto de Estado en torno a un catálogo de medidas, el elaborado por el Gobierno de España, sobre el que, si nos alejamos de la contienda partidaria, hay que reconocer que hay un fuerte consenso político y social tanto a la derecha como a la izquierda. En serio, aunque no se lo crea, el PSOE y el PP están más de acuerdo en las recetas necesarias para abordar este problema de lo que usted piensa.
Pues bien, de ese pacto seguimos sin la menor noticia. Y, entretanto, la vivienda pasa a ser de nuevo un segundo plato de nuestra atención. Sí, se habla de ella, pero infinitamente menos de lo que se debería. Y con un agravante: mientras tanto, lo que vemos es que todos los gobiernos, ya sea aquí, en lo que nos toca, el de la Junta de Andalucía o el de cualquiera de los ayuntamientos de nuestra tierra, lo que se afanan es en contar todo lo que van a hacer ellos y nada más, como si cada institución pudiese hacer la guerra por su cuenta en un ejercicio de sálvese quien pueda en el que sólo nos queda claro que nadie quiere asumir el coste de este fracaso colectivo que está rompiendo el proyecto de vida de cientos de miles de andaluces. Qué sinsentido todo