Leer con lluvia

Córdoba

Me tomaré la libertad de darles un consejo a los oyentes. En realidad, dos: que no salgan sin paraguas y que, al volver a casa, se busquen un buen libro. Encontrar una buena lectura en un día de lluvia es encontrar un refugio dentro de otro refugio. Y, con la que está cayendo, va a tener razón Julio Cortázar cuando decía que los libros se están convirtiendo en el lugar más seguro de la casa. Con la que está cayendo en sentido figurado, pero también en sentido metafórico. Dan ganas de hundir las narices en un libro y no levantarlas, para no enterarse de tanta memez, de la última ocurrencia de esos líderes mundiales hiperventilados que utilizan la mentira (ahora la llamamos post-verdad) como munición política. Cuando uno se sumerge en un buen libro, ya solo puede oír las noticias del mundo como quien oye llover. Nunca mejor dicho.