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La restauración del retablo mayor de la Iglesia del Santo Cristo

Este sábado 22 de marzo, bendición del retablo restaurado del Santo Cristo en Arahal

Arahal

La crónica de Rafael Martín, cronista oficial de la ciudad.

Rafael Martín - La restauración del retablo mayor de la Iglesia del Santo Cristo

Rafael Martín - La restauración del retablo mayor de la Iglesia del Santo Cristo

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Hoy queremos compartir una gran noticia para nuestro patrimonio local. El pasado 11 de septiembre de 2024, hablamos sobre las restauraciones de importantes obras en Arahal, y entre ellas destacaba la aprobación de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural del proyecto para la restauración del retablo mayor de la iglesia del Santo Cristo y las pinturas del presbiterio.

Después de meses de esfuerzo y dedicación por parte de la empresa Ágora, la espera llega a su fin. Este sábado 22 viviremos un momento histórico, con la bendición del retablo por el Excmo. y Reverendísimo Sr. arzobispo de la diócesis de Sevilla, D. José Ángel Saiz Meneses. Al evento asistirán también importantes autoridades eclesiásticas y civiles, tanto locales como provinciales.

Este retablo es una auténtica joya de nuestro patrimonio y marca un hito en la historia de la localidad, al ser el primero en ser restaurado. Forma parte del esplendor artístico del siglo XVIII en Arahal, cuando se construyeron importantes obras civiles y religiosas, como la Casa-Palacio de los Marqueses de la Peña de los Enamorados o las iglesias barrocas de la Veracruz y del Santo Cristo. No solo se levantaron templos en aquella época, sino también impresionantes retablos que hoy siguen maravillándonos.

Los retablos tanto mayores como los de los altares de las iglesias de Arahal son un tesoro de nuestro patrimonio. Algunos datan del siglo XVII, como el de la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, obra de Andrés de Ocampo, o el de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, obra de Cristóbal de Guadiz. Otros pertenecen al siglo XVIII, como el que estuvo en la iglesia parroquial, vinculado a la Hermandad de los Treinta y Tres Hermanos, o los actuales retablos mayores de la ermita de San Roque y la iglesia del Santo Cristo, construidos entre finales de los años 50 y principios de los 60 de dicho siglo o el retablo de la Virgen de los Dolores de la Hdad de la Misericordia, realizado en el año 1802 por los hijos de Victoriano Casau, una saga de la localidad cercana de Paradas.

Estas obras reflejan el alto nivel cultural, artístico y religioso que caracterizaba a El Arahal en aquella época. La localidad contaba con una importante comunidad eclesiástica, con 29 sacerdotes en la iglesia parroquial de Santa María Magdalena, además de los religiosos de los conventos de San Roque, La Victoria y el Hospital de la Santa Caridad y Misericordia, donde residían 42 frailes. También había 33 monjas dominicas en el convento de Nuestra Señora del Rosario y 23 clérigos menores, lo que consolidaba a Arahal como una villa de profunda espiritualidad y fervor religioso.

En este contexto, la construcción de obras religiosas, entre ellas los retablos adquirió un gran significado. Un ejemplo destacado es el retablo de la iglesia del Santo Cristo, una obra maestra del arte sacro que, con su imponente estructura ornamental, realza la majestuosidad del altar. A través de sus elementos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos, esta joya artística guía la mirada de los fieles hacia lo divino, convirtiéndose en un símbolo de fe y devoción.

Descubrir y preservar estos retablos es valorar nuestra historia y mantener vivo el legado de Arahal.

El retablo y las pinturas murales de la iglesia forman parte de su segunda fase de construcción, desarrollada entre 1751 y 1761. Aunque los trabajos comenzaron antes, el verdadero impulso llegó en 1757, cuando se aceleró la finalización de la capilla hasta su inauguración en mayo de 1761. Esta etapa fue clave en la historia del templo, con la dirección atribuida al maestro alarife Alonso Ruiz Florindo, y se centró en los espacios más suntuosos del barroco: el crucero y el presbiterio. Con ello, se completó la estructura inicial, que comprendía la portada y la nave central hasta el crucero

Linterna del crucero de la iglesia del Santo Cristo

Linterna del crucero de la iglesia del Santo Cristo

Linterna del crucero de la iglesia del Santo Cristo

Linterna del crucero de la iglesia del Santo Cristo

El crucero es la zona de la nave de la iglesia que se cruza con una transversal formando una planta de cruz latina y sobre él se levanta la cúpula, de gran solemnidad que aporta monumentalidad y permite la entrada de luz desde lo alto, enfatizando la verticalidad y la teatralidad del espacio. La cúpula se levanta sobre pechinas y la forma una bóveda semiesférica ricamente decorada con motivos de rocallas, guardamalletas y líneas onduladas. Cada una de las pechinas está decorada con símbolos más significativos de la Hermandad de la Misericordia.

El presbiterio es el área situada en la cabecera del templo, donde se encuentra el altar mayor. Se caracteriza por una ornamentación exuberante, en el que juega un especial protanismo el retablo.

Este retablo no sólo es una obra de arte de gran valor estético, sino que también es un testimonio tangible de la devoción hacia la imagen del Santo Cristo de la Misericordia. La restauración de esta pieza es esencial para preservar la integridad de sus materiales originales y para asegurar que las futuras generaciones puedan admirar su belleza y comprender su significado histórico.

El retablo es de madera de pino borne, elaborado entre 1759 y 1760, atribuido por su estilo y detalles artísticos al maestro sevillano Tomás Guisado, , siguiendo los pasos de su padre Tomás Guisado “ el viejo” que igualmente trabajó en nuestra localidad, y al que se le atribuye el retablo de la ermita de San Roque.

Conocemos el coste de la obra que ascendió a doce mil setecientos reales de vellón, una suma generosamente donada por D. Francisco de Torres Mantilla y su hijo, D. Cristóbal de Torres, personajes relevantes de la hidalguía arahalense y que jugaron un importante papel en la vida de la localidad. Este retablo no es solo una obra de arte de gran valor estético, sino también un testimonio vivo de la devoción al Santo Cristo de la Misericordia.

En él se condensan las múltiples funciones de los retablos barrocos, tales como:

🔹 Didáctica y catequética: En una época en la que gran parte de la población era analfabeta, el arte sacro tenía un papel clave en la enseñanza de la fe. Este retablo no es la excepción. Sus calles laterales albergan imágenes de gran devoción popular, como San Antonio y San Cristóbal. Otras figuras, como San José y San Francisco, desaparecieron en los sucesos de 1936, pero pronto volverán a ocupar su lugar, completando la iconografía original.

🔹 Litúrgica y devocional: En el corazón del templo, el retablo ha sido el punto de referencia para la adoración. En su calle central se representa a la Santísima Trinidad: en el ático, Dios Padre; en el cuerpo central, el Espíritu Santo enmarcado por una cornisa ondulada; y en la hornacina principal, el Santo Cristo de la Misericordia, simbolizando a Dios Hijo. Justo debajo, el Sagrario completa la composición.

🔹 Simbólica y espiritual: Su riqueza ornamental y estructura monumental transmiten la idea de la grandeza divina, evocando la majestuosidad del cielo en la tierra. La combinación de elementos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos crea un ambiente de esplendor y solemnidad.

Es este un ejempo del arte barroco en su máximo esplendor, condensándose las características esenciales de este movimiento

Exuberancia decorativa: Con la presencia del estípite—una columna troncopiramidal invertida—que aporta movimiento y dinamismo, adornado con motivos vegetales, cabezas de ángeles y roleos.

Uso del dorado: La aplicación de pan de oro, realizada en 1760 por el artista arahalense Miguel Carreño, confiere un brillo especial que resalta su espiritualidad y majestuosidad.

Estructura en varios cuerpos:

El retablo se divide en cuerpo, ático y tres calles. En el cuerpo, las calles laterales, simétricas y enmarcadas por estípites, contienen imágenes de San Antonio y San Cristóbal, elegidas por los hermanos obregones, congregación administradora desde 1664 del hospital de la Santa Caridad, que igualmente colaboraron en esta importante obra. La calle central alberga una hornacina con el Santo Cristo de la Misericordia y un camarín que aporta profundidad. En la parte inferior, el Sagrario fue añadido posteriormente.

En la parte superior de la calle central, una paloma rodeada de querubines simboliza al Espíritu Santo, reflejando la importancia de Pentecostés para la Hermandad de la Misericordia.

El ático incluye dos espacios laterales donde estuvieron imágenes de San José y San Francisco de Asís, previstas para su reintegración. En la calle central del ático, una cartela con el emblema del Hospital enmarca la imagen del Padre Eterno, representado con barba, sosteniendo el mundo y bendiciendo, rodeado de nubes y querubines.

Elementos arquitectónicos: Incorporación de estípites, frontones curvos y rotos, nichos con esculturas, rocallas y volutas que aportan dinamismo y teatralidad.

Proceso de restauración del retablo

Proceso de restauración del retablo

Proceso de restauración del retablo

Proceso de restauración del retablo

Junto con la restauración del retablo, también se han recuperado las pinturas murales del presbiterio, incluyendo las de la bóveda. Estas obras presentan elegantes motivos geométricos en pan de oro, además de escenas clave de la Pasión de Cristo en los lunetos de los arcos forneros, como la Oración en el Huerto y Cristo con la Cruz a cuestas.

Datadas en 1760, estas pinturas podrían estar vinculadas al pintor sevillano Juan de Espinal, quien también realizó las pinturas murales del camarín, donde se repiten algunos de estos temas.

La financiación de estos trabajos corrió a cargo de las hermanas Inés y María Núñez Ponce, herederas del presbítero arahalense Francisco Núñez Ponce. Su generosa aportación de seis mil reales permitió la ejecución tanto de estas pinturas como de las del camarín

Pintura mural que representa la Oración en el huerto, situado en el luneto del arco fornero del lado del Evangelio.

Su restauración ha sido crucial para detener su deterioro y devolverles su vitalidad original.

El próximo sábado 22 de marzo, será una jornada inolvidable para nuestra comunidad. Veremos el resplandor renovado de este espacio sagrado gracias a un trabajo de restauración que no solo devuelve su esplendor original, sino que también asegura su conservación para el futuro.

Quiero expresar mi más profundo agradecimiento a la Hermandad de la Santa Caridad y Misericordia, por su compromiso con la preservación de nuestro patrimonio, al Excmo. Ayuntamiento de Arahal por su implicación en el proyecto y a la Junta de Andalucía por su apoyo y total implicación en el mismo, haciendo posible, con su financiación, la mayor parte de esta restauración. Y a la empresa Ágora, cuya profesionalidad y dedicación han devuelto el esplendor a esta magnífica obra, dejando nuevamente su sello inconfundible en nuestro patrimonio."

Os invitamos a ser parte de este acontecimiento único. ¡Nos vemos el sábado para celebrar juntos la recuperación de nuestro legado!

 

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